Cada mes la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC), con el apoyo de la comisión de reflexión teológica, realiza en Bogotá un retiro espiritual en ambiente de acogida, encuentro, recogimiento, silencio y fraternidad, en la casa de encuentros ‘Santa María’ –de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús– en el norte de la ciudad, entre las 8 de la mañana y la 1 de la tarde.
Sin embargo, el retiro mensual de la CRC que se realizará el próximo 18 de noviembre en torno al tema de ‘la vulnerabilidad’, tendrá un particular matiz de solidaridad con la población en situación de migración, especialmente con quienes provienen de Venezuela.
“Constatamos que diariamente muchas personas llegan a la terminal de transportes de Bogotá con hambre, padeciendo frío, sin un techo, con quebrantos de salud y carencia económica”, comparte con Vida Nueva la Hna. Marta Escobar Mejía, CM, secretaria general de la CRC, advirtiendo que “esta condición de vulnerablidad se constituye en una verdadera amenaza porque bajo la promesa de trabajo, vivienda y alimentación, en muchos casos los migrantes terminan siendo víctimas de trata, de explotación sexual”.
La CRC, por su parte, con el apoyo de algunas congregaciones religiosas, apoya la labor que realizan las Misioneras Scalabrinianas en Bogotá, justamente en la terminal de transportes, donde acogen, orientan y acompañan a los extranjeros que llegan al país en búsqueda de oportunidades.
“Sin embargo –agrega la secretaria general de la CRC– la crisis migratoria es mayor a los recursos con los que contamos para responder a este clamor que tenemos como Iglesia misericordiosa”. De ahí que el retiro mensual de este mes haya sido concebido también como una jornada de solidaridad con los migrantes.
A partir del mediodía del domingo 18 de noviembre, la CRC invita a participar en la eucaristía y en las actividades que se desarrollarán para recaudar fondos y ayudas materiales para respaldar la misión de las religiosas y los religiosos que acompañan a las personas que se encuentran en situación de migración.
La jornada incluye la venta de alimentos, así como la realización de rifas y de un bingo. Para participar, la CRC invita a adquirir un bono de colaboración –en la sede en el barrio Teusaquillo– por un valor de $50.000.
Como telón de fondo, las palabras del papa Francisco resuenan en esta iniciativa de la vida religiosa: “cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia”.
Según reza la convocatoria de la CRC, “Con el apoyo de todos atendemos el clamor de quienes lo han dejado todo y ahora tocan a nuestra puerta en busca de una mano amiga”.