El Cerro de los Ángeles tendrá un año jubilar por el centenario de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús

  • La Santa Sede respalda la convocatoria de la diócesis de Getafe al conceder la categoría de basílica al templo situado en el centro de España
  • “Se trata de un acontecimiento estrictamente religioso, lo que no supone que sea un acto íntimo y solo para nosotros”, subrayó García Beltrán

Rueda de prensa en Getafe sobre el centenario del Sagrado Corazón de Jesús

Alegría, peregrinación y reconciliación. El obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, ha escogido estas tres palabras como eje del año jubilar diocesano con motivo del primer centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, una celebracione que arrancará el próximo 2 de diciembre, primer domingo de adviento, hasta el 24 de noviembre de 2019, festividad de Cristo Rey. Concedido este jubileo por la Santa Sede, el Vaticano también ha reconocido de forma oficial el templo central del Cerro de los Ángeles como basílica.

Entre los hitos de este calendario jubilar destacan diversas peregrinaciones así como un programa de simposios de espiritualidad, historia, dogmática y doctrina social, encontrará su clímax en la renovación de la consagración que tendrá lugar el 30 de junio en el Cerro de los Ángeles. “Espero que este año suponga una revitalización de la fe y nos haga discípulos misioneros como nos pide el Papa Francisco. Ojalá que la diócesis de Getafe y que toda España salga con una fe más vivida, que esté en el corazón del hombre”, subrayó García Beltrán.

Colaboración con las autoridades civiles

“En cien años ha cambiado mucho la realidad social y política. Se trata de un acontecimiento estrictamente religioso, lo que no supone que sea un acto íntimo y solo para nosotros. Según el momento y las circunstancias oportunos, invitaremos a las correspondientes autoridades”, subrayó García Beltrán, que puso como ejemplo que la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, está “informada y dispuesta a colaborar”. De la misma manera, el obispo de Getafe ha invitado a los demás prelados del país para que organicen peregrinaciones para ganar el jubileo.

Con la polémica de la exhumación de Franco y la ley de memoria histórica de fondo, desde la diócesis de Getafe no ignoran que este jubileo pueda ser utilizado políticamente, sobre todo teniendo en cuenta que el monumento al Sagrado Corazón de Jesús fue bombardeado en 1936 y posteriormente reconstruido durante la dictadura. “¿Qué no tiene peligro en la vida?”, reflexionó Ginés García Beltrán ante las dudas sobre la politización de los actos.  “A nosotros nos gusta la audacia evangelizadora y sé que tenemos que estar en alerta para que no se politice en el evento, pero los peligros no nos van a acobardar”, añadió.

El riesgo de caricaturizar

“Hay quien puede referirse al cerro de los Ángeles de Franco. Sin embargo, el monumento data de 1919 y la devoción al Corazón de Jesús data de mucho antes. Hacer una caricatura política de ello es destruirlo”, recordó la periodista Cristina López Schlichting, que ejerció de madrina del acto. “Este año jubilar es una oportunidad para reivindicar los nuestro, que la mezquindad política nos ha robado”, completó.

“Cristo ama con corazón de hombre”, sentenció  José Rico Pavés, obispo auxiliar de Getafe, que hizo un repaso histórico a la devoción al Sagrado Corazón “con el impulso definitivo de León XIII, que mueve, entre otras naciones, a España”. Así, e en 1919 “cuando la participación ciudadana fue más allá de lo religioso y expresa su agradecimiento al Sagrado Corazón de Jesús por librar al país de la gran guerra y eso se traduce en la consagración que pronuncia Alfonso XIII”, explicó Rico Pavés.

Los rostros del corazón

En el acto también se dio voz a tres diocesanos que se siente interpelados en su día a día por el Sagrado Corazón de Jesús. Como Loli Rasero, presidenta del comedor social Madre de la Alegría de Leganés.  “Mi gran profesora fue santa Teresa de Calcuta. Fueron sus religiosas las que me enseñaron a ver el corazón de Jesús en el rostro de los pobres”, explica la responsable de este centro de acción social de la diócesis del sur de Madrid, que fundó Paquita Gallego.

“Si te descuidas en la oración no puedes acompañar a los necesitados. De ahí nacen las vitaminas que necesitamos para nuestro servicio, porque solo si los miras todos a través del corazón de Jesús, los puedes ver con ojos de Dios”, relató desde su experiencia de preparar más de un centenar de almuerzos diarios.

Las heridas de los enfermos

Francisca Hernández, hermana hospitalaria del Sagrado Corazón de Jesús, lleva 40 años en Ciempozuelos dedicada a colaborar con enfermos mentales. “Jesús se volcó con todo el desecho de la sociedad, que hoy son estos enfermos dentro de una sociedad maquillada. Lo que hizo Jesús en su Galilea es lo que estoy llamada a hacer yo en mi hospital, que es mi Galilea, sirviendo, acariciando, amando”, señaló esta religiosa que bebe del carisma de San Benito Menni.

Francisca subrayó cómo “la oración es mi punto en común con el Sagrado Corazón de Jesús, mi monte Tabor. Desde ahí, me une a los adultos y niños con discapacidad un amor filial, una identidad, un sentido de pertenencia. No puedo ser otra cosa que el corazón de Jesús determina en mi vida, vivir por él y para él desde los más desfavorecidos”.  “Si no rezas, te mueres”, sentenció a continuación.

La cruz de los inocentes

“De ahí saco las fuerzas para llevar la cruz de mis hermanos enfermos, la cruz de los inocentes, el porqué del dolor, una cruz fea, desagradable…”, reconoció esta hospitalaria que confesó que en algún momento “he llegado a retar a Dios por el sufrimientos de los inocentes y he llorado muchas veces viéndoles sufrir. A veces el sufrimiento del otro no tiene respuestas y he aprendido que no puedo hacer más preguntas a Cristo. Solo al mirar la cruz de Jesús y el corazón de su madre es cuando comprendí todo, en el silencio, en la aceptación”.

Por su parte, Pablo Guedón, piloto comercial y padre de dos hijos, hizo un llamamiento a “abrazar el corazón de Cristo para vivir en una sociedad a contracorriente” y reivindicó la oración en lo cotidiano, “lo mismo cuando vas al trabajo que cuando estás cambiando los pañales”. Fruto de este deseo de contagiar ese “abrazo”, Guedón promovió la creación de un espacio de oración para jóvenes en Villanueva de la Cañada: “Queríamos promover el acompañamiento a los jóvenes para favorecer su encuentro con Cristo”.

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