La neoyorkina Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y defensora de la mujer, los jóvenes y la clase obrera, ha sido elegida por el electorado, con apenas 29 años, como la representante ante el Congreso más joven de la historia de Estados Unidos. La joven es consciente de haber “hecho historia”, tal como dijo tras el triunfo electoral, en el que conseguía el apoyo de más del 75% de los votantes.
Por su historia familiar, Ocasio-Cortez se ha visto identificada con aquellos “cuyo código postal determina su destino”, tal como dijo en el vídeo de su campaña electoral. No nació en el seno de una familia rica, y la muerte de su padre en 2008 obligó a su madre, que hasta el momento había sido ama de casa, a trabajar en la limpieza, y a ella a compaginar sus estudios con largas jornadas laborales.
Pero, además, esta joven congresista se declara profundamente católica, lo cual la ha llevado también a centrarse en el sistema penitenciario de su nación, un país que “encarcela a más personas que cualquier otra nación del mundo”. Esto la ha llevado al planteamiento de cuál es la naturaleza y el objetivo del sistema penal. En una entrevista con la revista jesuita America Magazine, Ocasio-Cortez señaló que “una sociedad que perdona y rehabilita es una sociedad que se perdona y transforma a sí misma”, y para poder actuar así es necesario “un tipo radical de amor, cuyo secreto se da en el Padrenuestro: perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo (PE) ha invitado a Bruselas o Estrasburgo a Ashiq Masih, marido de Asia Bibi para poder tratar los detalles de su liberación. Tajani admitió en una carta a Masih y publicada en Twitter, que el PE está “extremadamente preocupado” por la seguridad y bienestar de la activista católica y de su familia “debido a la violencia de elementos extremistas en Pakistán”.
De la misma manera, el presidente de la Eurocámara se dirige a las autoridades de Pakistán para que “garanticen la seguridad de Masih y de aquellos que le protegen”, así como para animarles a “mantener sus compromisos con los Derechos Humanos”.
“Una nación maravillosa con una tradición cultural que abarca milenios está a punto de ser destruida”, advirtió el obispo Paul Hinder, vicario apostólico del sur de Arabia a Catholic News Service. “Hay una guerra en curso en la que el mundo no parece estar muy interesado”, apuntó.
De esta manera, Hinder denuncia la “falta de determinación internacional” para poner fin al conflicto que está destruyendo el país.“Hay innumerables personas que se han visto desplazadas internamente huyendo de la guerra”, señaló.
Y es que las agencias de ayuda humanitaria, los delegados católicos e incluso Naciones Unidas han hecho sonar la alarma en múltiples ocasiones sobre la que es “la peor crisis humanitaria de este tiempo”, ya que Yemen, después de cuatro años de conflicto, se ha convertido en la población con mayor inseguridad alimentaria del mundo.