La Plaza Mayor de Madrid acogió esta mañana la tradicional misa con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Almudena, patrona de la capital de España. Durante la homilía, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, puso su mirada en las mujeres y madres madrileñas a la que presentó como reflejo de María.
“¡Cuántas veces se me han acercado madres que están sufriendo! Unas por sus hijos que han tomado un camino diferente al que ellas le han propuesto; otras porque su hijo o hija está enfermo grave; otras porque su hijo o hija está en la droga; muchas porque su hijo o hija no tiene trabajo; otras porque se le murió su hijo…”, señaló el cardenal, para elogiar su entrega: “¡Qué memoria tienen las madres de sus hijos! Las madres aquí en Madrid me han enseñado a leer el Evangelio con los ojos de María, para descubrir cómo se construye un mundo para todos y mirando especialmente a los que más lo necesitan”.
Devolver la dignidad
La imagen de la madres de Jesús, también le llevó al arzobispo a traer a su homilía a todas “las mujeres que están solas, que sacan adelante la casa, que educan ellas a solas a sus hijos. María también está sola”. A partir de ahí, hizo un llamamiento a los presentes a “devolver siempre la dignidad a quienes nos encontramos en el camino, ayudando a los que más lo necesitan, entonces estamos dando rostro a Dios”. Así, reafirmó que “la ciudad ha tomado la decisión de hacer la cultura del encuentro, que es la que comienza con María y que alcanza su plenitud cuando nace, muere y resucita Jesús”.
En plena polémica sobre la exhumación y la inhumación de los restos de Francisco Franco con la ley de memoria histórica de fondo, el purpurado se dirigió a la Virgen utilizando precisamente el término ‘memoria’, pero dándole un matiz reconciliador: “Hoy, en esta plaza Mayor, lugar de encuentro de los madrileños y de todos los que llegan aquí, te damos gracias por devolvernos a la memoria que somos hermanos porque somos hijos de Dios”.
Hacer frente al miedo
Junto a Osoro, concelebraron la eucaristía, el cardenal emérito Antonio María Rouco Varela; el arzobispo castrense Juan del Río; el obispo emérito de Ciudad Real, monseñor Antonio Algora; los cuatro obispos auxiliares de Madridl; el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán y su auxiliar José Rico Pavés; además del nuncio Renzo Fratini. A la celebración también acudieron las autoridades políticas de la región, entre ellos, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido.
El cardenal presentó a María como aquella que acompaña al hombre para que “nunca tengamos miedos”. Osoro resumió sus oraciones a la Virgen de la Almudena en tres direcciones: para que aparte “la discordia de nuestros corazones”, para que enseñe a los ciudadanos “a ser morada de Dios en el camino de todos los hombres”, y para “construir este mundo para todos”.
“Te pedimos con fuerza que arranques la discordia, la envidia, el querer imponer lo que yo pienso… Te pedimos hoy, Madre, que nos enseñes a vivir como hermanos”, señaló el purpurado, que subrayó: “Somos distintos, a cada uno nos ha dado Dios unas riquezas que hemos de poner al servicio de los otros. Que nunca escuchemos al padre de la mentira, que nos divide”, añadió.
Por los refugiados y contra la soledad
Por su parte, Carmena, renovó los votos de la Villa a su patrona haciendo un respaldo explícito al trabajo realizado por la Iglesia. Así, señaló que “desde este Ayuntamiento apoyamos la campaña iniciada por la Iglesia católica de Pactos que Salvan Vidas por un acuerdo mundial sobre migraciones y refugiados. Con ella, queremos comprometernos a elevar el listón de los derechos de estas personas desplazadas, salvaguardando la dignidad de todos”.
Como viene siendo habitual en sus intervenciones ante Nuestra Señora de la Almudena, la alcaldesa citó expresamente al Papa Francisco para reivindicar los verbos vertebrales que ha marcado el Papa en materia de migraciones: acoger, proteger, promover e integrar.
“Nuestro querido Madrid se quiere convertir hoy en un referente en la acogida de inmigrantes y refugiados y en el combate contra la soledad no deseada”, se comprometió la alcadesa aplaudiendo también la iniciativa de la Mesa de la Hospitalidad creada por el cardenal Osoro. Así, explicó cómo “la empatía, la tolerancia y el diálogo, han de guiar también la acción de los poderes públicos para facilitar la convivencia general”.