“El mundo de la ciencia, que en el pasado ha tomado posiciones de autonomía y autosuficiencia, con actitudes de desconfianza hacia los valores espirituales y religiosos, hoy parece haberse vuelto más consciente de la realidad cada vez más compleja del mundo y del ser humano”, ha dicho Francisco durante un encuentro con los 80 participantes de la Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias. La asamblea ha dado comienzo hoy, 12 de noviembre, bajo el título ‘Papeles transformativos de la ciencia en la sociedad: desde la ciencia emergente a las soluciones para el bienestar de las personas’.
Así, el Papa ha destacado que los científicos en la actualidad “se abren más fácilmente a los valores religiosos” y les ha pedido que estén “al servicio de la humanidad”, ya que la comunidad científica “es parte de la sociedad y no debe considerarse separada e independiente”, sino “llamada a servir a la familia humana y a su desarrollo integral”. De la misma manera, Bergoglio ha remarcado la posición de la Iglesia acerca de temas como el cambio climático, el desarme nuclear, la trata de personas y el hambre en el mundo, ante los cuales ha lamentado la “falta de voluntad política”.
“Me parece que puedo decir que faltan voluntad y determinación política para detener la carrera por el armamento y para poner fin a las guerras, para pasar con urgencia a las energías renovables, a los programas dirigidos para asegurar el agua, la comida y la salud para todos, e invertir por el bienestar común todos los grandes capitales que permanecen inactivos en los paraísos fiscales”, ha subrayado el Pontífice. Ante esta situación, ha instado a la comunidad científica a proponer “soluciones válidas” y a persuadir “a las empresas y sus líderes” para que las lleven a cabo.
Acabar con las armas nucleares
Francisco ha señalado especialmente la necesidad de comprometerse en construir un mundo sin armas nucleares, por lo que ha pedido a los científicos su colaboración “para convencer a los gobernantes que este armamento es éticamente inaceptable debido al daño irreparable que causa a la humanidad y al planeta”. “Por lo tanto, también reitero la necesidad de un desarme del que hoy parece que ya no se habla en las mesas en torno a las cuales se toman las grandes decisiones”, ha apostillado.
El Papa ha expresado asimismo su deseo que la investigación que realizan los científicos, pueda beneficiar a todos los pueblos. “Hoy día, el mundo de la ciencia ha tomado mayor conciencia sobre la compleja realidad del mundo y del ser humano. Han tomado dominio de la situación una cierta inseguridad y temor frente a la posible evolución de una ciencia y una tecnología que si no se controlan, pueden darle la espalda al bienestar de las personas y de los pueblos”, ha subrayado.