Críticos con José María Gil Tamayo y con la actual cúpula episcopal, haberlos haylos. Las “resistencias” –como las califican fuentes de Añastro– a la hoja de ruta pastoral que Francisco ha marcado para España están ahí, una “desafección” sin aspavientos, en la misma línea soterrada que la que se hace a quien pilota Añastro, fundamentalmente a Ricardo Blázquez, pero en la cabeza del secretario general. Un sector que utiliza “actores interpuestos y algunos medios digitales” –señalan desde la Casa de la Iglesia– y que aprovecha el silencio de Añastro visto como debilidad para filtraciones que socaban la credibilidad de la propia institución.
“Aquí no hay un Burke o un Viganò que hayan salido a la palestra contra el Papa, pero se percibe una sibilina pero notable displicencia, al negarse a aplicar ‘Amoris laetitia’, organizar ponencias a Müller o a Sarah, o simplemente no citar a Francisco”, sentencia un religioso conocedor de los ritmos del Episcopado. “Este grupo siempre se mueve más. Parece que están movidos por la disciplina de partido, con un tono impositivo, algo que no va con el resto. No es cuestión de desunión o desorganización. Hay una mayor libertad de pensamiento, que hace que quienes tienen uno más cohesionado se puedan aprovechar. Eso es así”, señala un obispo sobre si ya han empezado “las murmuraciones” en torno a posibles candidatos.
Quienes están en esta línea habrían visto con buenos ojos recuperar a Juan Antonio Martínez Camino. Sin embargo, las fuentes consultadas lo consideran amortizado. Sigue en el candelero –y más después de que no se confirmase el cacareado rumor que le situaba como pastor de Guadix– José Rico Pavés, auxiliar de Getafe y, por tanto, a tiro de Madrid. Tampoco está lejos Segovia, con su obispo, César Franco, que hace cinco años estuvo en la terna que disputó el cargo. En la misma capital se mueve Avelino Revilla, vicario general de Madrid, a quien Osoro habría reducido sus competencias ante los tres obispos auxiliares. Se habla, incluso, del vicario general de Oviedo, Jorge Juan Fernández Sangrador, hombre de confianza del arzobispo Jesús Sanz.
En la línea bergogliana, quienes suenan son el obispo auxiliar de Santiago, Jesús Fernández González, así como el vicesecretario para Asuntos Generales, Carlos López Segovia, mano derecha de Gil Tamayo. Nombres y más nombres, pero será esa capacidad para dispersar o aglutinar papeletas ante la terna, la que inclinen la balanza. Tapados incluidos.