El papa Francisco viajará a Marruecos en marzo. Así lo ha confirmado el Vaticano durante la mañana de hoy, 13 de noviembre. “El papa Francisco, acogiendo la invitación del Rey Mohamed VI y de los obispos del país, hará un viaje apostólico a Marruecos del 30 al 31 de marzo de 2019, visitando las ciudades de Rabat y Casablanca”, ha explicado el portavoz de la Santa Sede, Greg Burke.
La visita de Jorge Mario Bergoglio será la segunda que un pontífice realice al país , y tendrá lugar 34 años después de que Juan Pablo II arribara a tierras marroquíes. El viaje del Santo Padre coincidirá, además, con la celebración de los 800 años de la presencia de los Franciscanos en Marruecos.
El Papa ha nombrado secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe al arzobispo de Malta, Charles Jude Scicluna, conocido por sus investigaciones sobre los abusos cometidos en el seno de la Iglesia chilena.
Scicluna, que mantendrá además con su cargo de arzobispo, es uno de los expertos más reconocidos de la Iglesia sobre abusos sexuales ya que fue el encargado, junto con Jordi Bartomeu, de investigar las acusaciones contra Juan Barros, obispo de Osorno, de haber encubierto los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
Además, Scicluna fue el encargado de investigar en 2005 a Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y que finalmente fue hallado culpable de abusos sexuales.
El nombramiento de Ján Figel en 2016 como enviado especial para la promoción de la libertad religiosa fuera del territorio europeo se produjo, según ha dicho en una entrevista a la Agencia SIR, como una “reacción ante las atrocidades y el genocidio contra cristianos, yazidis y otras minorías religiosas y étnicas en el Medio Oriente cometidas por terroristas de ISIS”.
“La libertad de religión o de creencias es un criterio de civilización”, dice, dado que las tendencias en cuanto a libertad religiosa, aun hoy, cuando la guerra de Irak ha terminado y “los peores años del conflicto en Siria” también lo han hecho. “Básicamente, podemos hablar de intolerancia religiosa, discriminación y persecución a todos los niveles posibles”, señala.
En el mundo, 13 estados aplican la pena de muerte por ateísmo, 22 países por la conversión a otra religión y más de 70 países tienen leyes que castigan la blasfemia. Y es que los creyentes “son perseguidos en muchas regiones del mundo” por medio de “hostilidad social, hostigamiento a manos de agencias gubernamentales o activistas no estatales, son discriminados en el acceso a la educación, el empleo, las oficinas públicas y los derechos de propiedad”.
“El tratamiento altamente inhumano a las minorías es una forma de genocidio que desafortunadamente no es solo una amenaza histórica o teórica, sino una evidente incapacidad para proteger a los grupos vulnerables”, asevera, ante lo que señala que es responsabilidad de todos “generar una diferencia positiva para el futuro de la humanidad”.