La web visibles.org nace como una de las obras sociales de la Compañia de Jesús. Una forma de activismo para todos aquellos que, como explica a Vida Nueva José María Segura, responsable de la misma, “creen que se hay causas que se pueden transformar a partir del evangelio”. Es, además, una forma de que la gente se implique, “una plataforma pensada para que las entidades de la Iglesia”, pero también de las que no pertenecen a ella pero cuyos valores concuerdan, “tengan una voz”.
La campaña que han elegido para comenzar es la de solicitar firmas en favor de la revisión de las condiciones de las mujeres trabajadoras del hogar, “especialmente las que son inmigrantes, ya que hemos detectado que se trata de un colectivo especialmente vulnerable e invisibilizado”.
Así, con las firmas recogidas se concertará una cita con los grupos políticos y sus responsables en las áreas de Migraciones, Empleo y Género, tanto a nivel nacional como autonómico, para presentarles “las 8 líneas blancas” que han desarrollado “con el objetivo de que se llegue a un pacto que las proteja, más allá de elecciones y partidos que estén en el gobierno”.
Despidos, salarios mínimos y abusos sexuales
Hoy, 13 de noviembre, se ha presentado el primer informe en Pueblos Unidos (Madrid) acerca de esta problemática. “Ha sido una muestra de población muy pequeña, pero a la vez muy reveladora, que nos hace preguntarnos si esto es así con tan pocos testimonios como tenemos, qué no habrá ahí fuera”, dice Segura.
Así, el informe presenta situaciones de despidos ante los que las mujeres no pueden reclamar por no haber firmado ningún contrato,condiciones laborales no seguras, e incluso “situaciones que ponen en riesgo su salud y su propia vida”. “Tenemos incluso casos de abusos sexuales”, apostilla.
“Son mujeres que están muy cerca, incluso trabajando en comunidades eclesiales, por lo que es algo que debe acabar”, señala. “Una de las cosas que subrayamos en el informe es que, más allá de lo que ocurre, existe un machismo generalizado que hace que las mujeres sean las encargadas de todo lo concerniente a los cuidados”, explica Segura. Y es que por el hecho de ser mujeres, “en las que normalmente se confía más, incluso se les atribuye aptitudes dependiendo de su origen, como que las latinoamericanas son más amables”, y además inmigrantes, “no pueden acceder a un mercado laboral generalizado, así que se encuentran como internas con salarios muchas veces ridículos”.
Hacer las cosas correctamente
“Estas mujeres llegan a España muchas veces sin contactos ni recursos, con la única esperanza de enviar dinero a sus familias en su país de origen, así que acaban trabajando en lo que encuentran sin saber que pueden exigir otras cosas”, apunta. Así, los descansos, un salario digno o unas normas que respeten su integridad son muchas veces difíciles de conseguir, más aun cuando la ley española impide en la mayoría de los casos que una persona inmigrante acceda al mercado laboral durante los tres primeros años que pasa en España. “Son tres años de ‘sobrevive como puedas’, tras los cuales hay que demostrar que se ha estado en España de manera ilegal para poder solicitar los papeles por arraigo”, explica.
Por este motivo, es importante que los empleadores sean conscientes de estas situaciones y “sepan que pueden encontrar mecanismos para hacer las cosas bien”. De hecho, Segura señala que uno de los motivos de esta campaña es hacer una llamada a quienes emplean a estas mujeres, ya que “pueden acercarse a nosotros para que les asesoremos”.