El Gobierno municipal de Donostia ha aprobado la licencia de obra que permite convertir en un aparthotel la sede de la curia diocesana. El edificio, que actualmente alberga los servicios centrales del obispado, albergará 26 apartamentos que se gestionarán por el obispado en colaboración con un inversor privado. El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha anunciado esta decisión en una carta en el boletín ‘Nuestra Iglesia’, publicado con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, celebrado el pasado domingo.
En la carta, Munilla explica que esta decisión se ha tomado “con el objetivo de rentar una parte” del patrimonio inmueble de la diócesis “con la finalidad de generar unos ingresos sostenibles que permitan el mantenimiento del patrimonio religioso”. El primer paso de esta reestructuración será el traslado de la sede del obispado al edificio del Seminario, además de trasladar la vivienda y despacho del obispo a la catedral del Buen Pastor.
Como contrapartida, un documento llamado ‘No a espaldas de la diócesis’, firmado por un millar de agentes pastorales y sacerdotes de la diócesis denuncia que esta operación se ha llevado a cabo “para resolver un grave déficit de origen no aclarado hasta el momento”.
“Les escribo para recordarles el mandato sagrado que recibieron el día de su ordenación episcopal: guiar al rebaño de Cristo”, ha dicho el arzobispo Carlo Maria Viganò, que reaparece de nuevo, esta vez sin cargar contra Bergoglio, enviando un mensaje a los obispos de los Estados Unidos, que actualmente se encuentran en la celebración de la Asamblea Plenaria.
Alentándolos a actuar como pastores valientes ante la crisis de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, Viganò hace anima a los obispos a “no comportarse como ovejas asustadas, sino como pastores valientes”. “No tengáis miedo de hacer lo correcto por las víctimas, por los fieles y vuestra propia salvación”, dice.
“Hay quienes tienen una foto con el Papa y se creen amigos del Papa y hacen alarde de ello”, dijo Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús. “Pero ¿con qué intención se acercan a pedirle la bendición?”, comentó durante su homilía, en la que reflexionaba sobre el episodio del Evangelio en el que Jesús alaba la humildad de una viuda y critica la vanidad de otros.
“El Señor nos habla de las intenciones y las motivaciones, y de cómo estas conductas se van colando, interponiendo, metiéndose en nuestro corazón, en nuestras actitudes: la falsedad, la hipocresía, la aparatosidad, el mandarse la parte, instrumentalizar las cosas, manipularlas, salir en la foto“, señaló el obispo.