Es DJ, amante de la música, comunicador, gestor cultural y uno de los fundadores del Festival de Benicasim…, pero todos le conocemos como el ‘sensitivo’ del grupo Hepta (fundado por el padre Pilón) al que vemos cada domingo en el programa Cuarto Milenio presentado por Iker Jiménez. Hablamos con él para saber en qué consiste su trabajo como médium.
PREGUNTA.- ¿Es médium?
RESPUESTA.- Lo que a mí me ocurre lo defino como un estado psicobiológico en el que mi sensibilidad y mi esencia interactúan con algo sobrenatural. Fuera de nuestro plano. Pero no creo que sea un don. Los dones son otra cosa y lo mío tiene que ver con la vertiente más espiritual, que se me escapa definir.
P.- Tampoco lo vive como un problema…
R.- ¡En absoluto! Al contrario. Algo que me sirve para saber quién soy no puede ser malo. Ni lo veo como algo oscuro o prohibido, sino como una cualidad que me acompaña desde siempre. Es parte de mí aunque no sea mi vida.
P.- ¿Qué es lo que ve y siente?
R.- Hay dos puntos característicos: cuando les veo intento traducirlo a un lenguaje para que los demás me entendáis. Por tanto, te diría que les veo de manera granulada, como alguien antiguo, con otro color. Otras veces veo una impregnación, que es como ver una película, una secuencia que se repite. Ahí tienen otra densidad, como más de fotograma. Puedo hablar con ellos, pero no depende de mí la comunicación. Solo soy un teléfono y son ellos los que deben querer que se produzca la comunicación.
P.- ¿Y qué hace con ellos?
R.- Servir y ayudarles. Lo que gratis me ha dado Dios, gratis tengo que darlo. Cuando ellos se ponen en contacto conmigo, no sé si quieren dejar constancia de que están o pedir ayuda. Solo transmito lo que ellos me dicen, y después intento ayudarles para que sigan su camino… que es necesario porque están fuera de su lugar.
