Ángel Fernández Collado es ya el sexto pastor de la joven diócesis de Albacete. En la mañana de este sábado 17 de noviembre ha tomado posesión en la abarrotada catedral de esa ciudad castellano-manchega, aunque fue en la tarde de ayer cuando este pastor, nacido en la localidad toledana de Los Cerralbos en 1952, entró en esa sede por Villarrobledo, con un primer acto oficial en el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, en el que estuvo acompañado por su antecesor, Ciriaco Benavente.
Acompañado por más de una treintena de cardenales, arzobispos y obispos, además del nuncio, Renzo Frattini, y un numeroso público llegado de la Archidiócesis de Toledo –de donde era su obispo auxiliar–, parte del cual tuvo que ser acomodado en las instalaciones del Auditorio Municipal para seguir la ceremonia, Fernández Collado dejó ver en su primera homilía cuáles van a ser las líneas maestras de su pontificado en una sede que fue creada en 1949.
Así, este doctor en Historia de la Iglesia por la Gregoriana de Roma afirmó que la defensa de la familia y de la vida, salir al encuentro de los alejados, la promoción de las vocaciones –para lo que incluso sueña con establecer en la diócesis un seminario menor y otro mayor–, junto con su cercanía a los más jóvenes, están entre sus prioridades pastorales. “Serán muchas las actividades y retos pastorales que deberé y deberemos afrontar juntos y, especialmente, con vosotros: familias, sacerdotes, religiosos, diáconos y seminaristas”, afirmó.
“En esta nueva etapa pastoral que iniciamos, quiero resaltar que una columna base y vertebral de la vida pastoral en la Diócesis ha de ser la familia y la defensa de la vida. La familia como comunidad de vida y amor, nacida de la unión matrimonial entre dos personas, varón y mujer. La familia, como comunidad de presencia divina, santificada por Jesucristo mediante el sacramento del matrimonio y fecunda, no solo en la procreación de los hijos, sino también en el servicio a la Iglesia particular, a la Iglesia de Albacete”, señaló.
En este sentido, mostró su voluntad de “trabajar con vosotros muy de cerca, impulsando los movimientos familiaristas existentes en la Diócesis y aquellos que puedan surgir porque, en ellos, nacerán las vocaciones que necesita la Iglesia y el mundo: al matrimonio cristiano, a la vida contemplativa, a la vida religiosa, misionera y sacerdotal”.
Junto a este punto, al que brindó tanta atención, Fernández Collado puso también su mirada en las ovejas “que no son de este redil”, señaló citando el pasaje evangélico. “Ellos son los más pobres, los más abandonados, los que casi nadie ve o quiere ver, los maltratados por la vida en una sociedad secularizada, alejada de Dios y excluyente. Ellos, como nosotros, han sido redimidos por Jesucristo en la Cruz, pero no lo conocen y su rostro y su amor les llega distorsionado”.
“A ellos quiero, también, hacerles presentes y a procurar que nuestra Diócesis los tenga más presentes y nos sientan cercanos a ellos. Están en las cunetas de la vida, en las periferias, a la intemperie, sin protección ni casi ayuda alguna, alejados de casi todos y sin conocer a Dios, su amor de Padre y a su Iglesia. Hay que abrir las puertas hacia fuera e ir hacia ellos, hay que invitarles a entrar en nuestro hogar, en nuestro corazón, a ayudarles eficazmente en lo humano y en lo espiritual, hay que sentirles como hermanos y volcarnos con ellos”, exhortó el nuevo pastor de Albacete, ministerio para el que fue nombrado por el papa Francisco el pasado 25 de septiembre.
Pero, para hacer posible este empeño, se necesitan también vocaciones, pues “una Diócesis en donde no hay vocaciones al sacerdocio, a la vida matrimonial cristiana, y a la vida consagrada, misionera y evangelizadora, es una Diócesis con el corazón debilitado”, señaló el obispo antes de desvelar el “sueño” que tiene desde que fue nombrado obispo de esta sede: “Establecer de nuevo en el territorio de la diócesis el Seminario Menor y Mayor”.
“En estos momentos contamos solamente con cuatro seminaristas que están recibiendo su formación específica en el Seminario de la Diócesis de Orihuela-Alicante. El cómo ya lo veremos juntos. Por ello, me atrevo a deciros: familias, adolescentes, jóvenes, en vuestras manos, corazones y voluntad, ayudados por la fuerza del Espíritu Santo, está el que este sueño lo hagamos realidad. Padres y madres de familia, abuelos, ayudad a vuestros hijos y nietos a escuchar y aceptar la llamada de Dios. No os arrepentiréis, os lo aseguro. Jesucristo os bendecirá, generosamente, y seréis más felices”, enfatizó el obispo.
Y si Fernández Collado tuvo palabras de cariño para los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, de los jóvenes de la diócesis dijo que “sois mi ilusión y mi esperanza, el presente dinamizador y el futuro renovador de nuestra Diócesis. Vosotros tenéis que ser el motor y la fuerza evangelizadora en todos los ámbitos y realidades pastorales de la Diócesis. Deseo que seáis en vuestros ambientes cotidianos luceros ardientes y siempre encendidos, reflejo en vosotros de la vida y victoria de Cristo Resucitado”.