El Papa ha hecho un llamamiento a “detener toda violencia” en la República Centroafricana “que está tan necesitada de paz”. Durante el rezo del Ángelus desde el balcón de los palacios apostólicos, Francisco mostró su dolor ante la reciente oleada de violencia que está sufriendo el país, calificando de “masacre” el ataque vivido hace dos días en un campamento de desplazados en Alindao.
Esta matanza acabó con la vida de más de 40 personas, entre ellos, dos sacerdotes: el vicario general de la diócesis, Blaise Mada y el presbítero Celestine Ngoumbango. “Oramos por los muertos y los heridos”, expresó el Papa sobre el país que visitó en noviembre de 2015 y en el que abrió simbólicamente la puerta jubilar del Año de la Misericordia.
Actuar en el tejido social
Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa recordó una vez más que la Iglesia celebra hoy la II Jornada Mundial de los Pobres y puso en valor cómo muchas diócesis el mundo se están volcando con esta iniciativa que “quiere ser un signo de esperanza y un estímulo para convertirse en instrumentos de misericordia en el tejido social”. El propio Francisco, después del Ángelus tenía previsto almorzar con numeroso grupo de personas en riesgo de exclusión social en el Aula Pablo VI, convertido en un amplio comedor y casa de acogida.
Por otro lado, el Papa señaló que la historia de la humanidad “no se puede interpretar a la luz de una visión fatalista”, sino que planteó la necesidad de plantear una meta vital, que en el caso de los cristianos, es “el encuentro definitivo con el Señor”.