No está en el orden del día, pero los obispos españoles abordarán en su Asamblea Plenaria, que se desarrolla en Madrid desde hoy, 19 de noviembre, al próximo día 23, la cuestión de los abusos sexuales en la Iglesia, un asunto que ha trastocado las agendas pastorales de las conferencias episcopales del mundo y que, en España, ha llevado a la creación de una comisión antiabusos.
Se da la circunstancia, además, de que esta Plenaria de otoño se desarrolla coincidiendo con la celebración en España, el 20 de noviembre, de la Jornada de Oración por las Víctimas de Abusos Sexuales, una jornada institucionalizada por la Conferencia Episcopal Española, siguiendo una invitación realizada por el papa Francisco. Así pues, en esta asamblea episcopal, donde uno de los platos fuertes iba a ser la elección del nuevo secretario general del Episcopado, se da por hecho que el tema se aborde, probablemente en la sesión reservada, y no se descarta incluso que aparezca en el discurso inaugural del presidente, el cardenal Ricardo Blázquez, como ya lo están haciendo otros episcopados, como el francés, que acaba de escuchar a las víctimas en su reciente Plenaria.
“Debemos ser valientes como el Papa y escuchar a las víctimas. Él nos está marcando las pautas. Y si nos hemos equivocado, pues debemos pedir perdón, como también ha hecho Francisco”, señala, off the record, un obispo a esta revista. “Es importante que se trate el asunto de los abusos. A veces nos quedamos en el campo teórico y no descendemos a la realidad. Debemos tratarlo, aunque indirectamente, ya se hace en el borrador que vamos a estudiar de la Ratio ‘formationis sacerdotalis’, en donde, por lo menos en tres números, aparece la dimensión de la sexualidad y afectividad de los seminaristas. Pero me parece importante, además, que los obispos afrontemos directamente la cuestión de los abusos”, dice otro pastor.
Él, personalmente, le daría una pauta muy concreta a la nueva comisión: escuchar a las víctimas. “Desde luego, es necesario, y aunque nos cueste, aunque sea doloroso, aunque a veces estemos un poco hartos, entre comillas, de esta cuestión, porque aparece todos los días en la prensa, soy partidario de afrontar este hecho con valentía. Los obispos franceses han escuchado a víctimas. Imagino que debe ser algo muy violento, tanto para la víctima como para los obispos, enfrentarse a eso, pero debemos ser realistas y darnos cuenta de que el drama de esas personas es tan gravísimo que hay que tener la valentía de dar el paso, aunque sea un mal rato para todos, porque está en juego la vida y salud psicológica y afectiva de los jóvenes. Estas víctimas merecen un respeto y una consideración ilimitada”, señala con gravedad.