Para los prelados andaluces es “importante” participar “responsablemente” en los comicios. Por eso, ante las elecciones autonómicas convocadas el próximo 2 de diciembre, los obispos de las Diócesis de Andalucía piden la participación de los fieles, puesto que “se cumple el deber moral que todo ciudadano tiene siempre en la búsqueda y afianzamiento del bien común de la sociedad en que vive”.
Además de su invitación a participar, los mitrados ofrecen orientaciones, “en cumplimiento de nuestro deber como pastores del Pueblo de Dios”, para “prestar un servicio a los católicos y a cuantos quieran escucharnos, sin otra pretensión que ofrecer elementos de juicio a la hora de decidir el voto, del cual depende la consecución del bien común de la sociedad, fundado en los derechos fundamentales de las personas y grupos sociales”.
En su opinión, “ninguna opción política recoge en sus programas la experiencia de la Iglesia o la totalidad de la Doctrina Social”. Entonces, “habrá que discernir qué programa se acerca más”, siempre teniendo en cuenta que es necesario respetar estos seis puntos:
“Es importante discernir en los programas de los partidos la garantía del derecho a la vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural. Esto significa no aceptar la proclamación del aborto y de la eutanasia como un derecho de algunos en detrimento de la vida de los más indefensos”, mantienen.
“El reconocimiento, la promoción y la ayuda a la estructura natural de la familia, como unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa frente a los intentos de discriminarla con formas diferentes de unión que oscurecen su carácter propio y su papel social insustituible”, afirman.
“La protección del derecho de los padres a educar a sus hijos según las propias convicciones morales y religiosas, previsto en la Constitución. Hoy es particularmente necesario promover una educación que promueva la búsqueda y el conocimiento de la verdad, así como respetar la libertad de los padres que quieran educar a sus hijos en sus valores morales, sin que se les imponga una visión ética concreta, ni la imposición de la ideología de género”, reconocen.
“La defensa y la ayuda a los sectores más débiles de nuestra sociedad, entre los que se encuentran especialmente los ancianos, las personas que carecen de trabajo o no tienen un trabajo decente, los jóvenes y los inmigrantes. Urge promover las condiciones que hagan posible la productividad, la creación de nuevos puestos de trabajo sin soslayar el sentido de la justicia y de la solidaridad en la contratación laboral. Del mismo modo, es urgente la promoción de una opinión pública y de una legislación respetuosa con la dignidad de los inmigrantes, así como una regulación responsable de los procedimientos para su entrada y para su integración en la sociedad”, indican.
El momento histórico nos pide a todos construir una vida social más justa y pacífica. “Queremos advertir a nuestros fieles de aquellas formaciones políticas cuyos dirigentes se dejan llevar por el populismo y la demagogia sobre nuestra historia. Frente a la fragmentación y confrontación social, se ha de promover el valor humano y social de la reconciliación, el diálogo y la amistad entre las personas, aun cuando no compartan la misma concepción del ordenamiento social, ni profesen las mismas creencias”, señalan.
Finalmente, “no podemos olvidar que, a la hora de emitir el voto, solo se hace posible la edificación de una sociedad más justa y pacífica actuando con inteligencia, libertad y responsabilidad en la búsqueda del bien común, sin olvidar la prioridad por los más desfavorecidos”, subrayan.