Venecia se tiñe este martes 20 de noviembre de rojo para recordar a los cristianos perseguidos en todo el mundo. En una acción organizada por Aiuto alla Chiesa che Soffre, la rama italiana de Ayuda a la Iglesia Necesitada, junto al Patriarcado de Venecia, los principales monumentos e incluso las aguas del Gran Canal de esta turística ciudad contarán con una iluminación especial como protesta ante la violencia religiosa contra los seguidores de Jesús.
El papa Francisco ha querido apoyar este iniciativa enviando un mensaje al patriarca de Venecia, monseñor Francesco Moraglia, en el que desea que provoque una “debida atención de parte de todos al grave problema de la discriminación que los cristianos sufren en muchas partes del mundo”. En el texto, firmado por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, el Pontífice envía un “afectuoso saludo” a los jóvenes que participarán en la peregrinación diocesana que tendrá lugar antes del encendido de la iluminación roja en varios lugares simbólicos de la Ciudad de los Canales, como el Puente de Rialto o la basílica de Santa Maria della Salute.
Jorge Mario Bergoglio recuerda que existen países donde se “impone” una única religión y otros en donde se lleva a cabo una “persecución violenta” y un “sistemático escarnio cultural” a los cristianos. Por eso considera que la libertad religiosa es un derecho humano “fundamental” que “debe ser reconocido porque refleja la más alta dignidad” de la persona.
La de Venecia no es la primera iniciativa de este tipo organizada por Aiuto alla Chiesa che Soffre para llamar la atención de la opinión pública internacional sobre la persecución a los cristianos y los diversos tipos de violación del derecho a la libertad religiosa. En el pasado, esta organización también consiguió que se iluminaran de rojo otros importante monumentos, como el Coliseo de Roma.