El Gobierno abre el debate para ver si la Religión “contará para becas y selectividad”

  • El asesor de Moncloa, Juan López, asegura que el borrador legislativo socialista respeta su oferta obligatoria y los acuerdos con la Santa Sede
  • El consejero de Educación de Castilla y León, Fernando Rey, y el ex presidente de SM, Javier Cortés, participan con él en un debate sobre la asignatura en la Universidad Pontificia Comillas

Juan López, Fernando Rey y Javier Cortés, en la jornada "Libertad y Enseñanza

El Gobierno asegura que “la enseñanza de la religión es un tema completamente abierto, sometido a consulta por parte de todos los agentes implicados” tras darse a conocer el borrador anteproyecto de Ley Orgánica por la que se Modifica la Ley Orgánica de Educación. Así lo manifestó el vocal asesor de la Secretaría de Estado de Educación, Juan López, durante su intervención en la jornada “Libertad y enseñanza religiosa” promovida por la Fundación SM y la Universidad Pontifica Comillas.

López participó en una mesa moderada por la profesora de Comillas María Isabel Álvarez sobre “La presencia de la religión en la educación y en la escuela” en la que también se contó con la voz del consejero de Educación de Castilla y León, Fernando Rey Martínez, y el ex presidente de SM, Javier Cortés.

Reunión con Isabel Celaá

El representante del Ejecutivo de Pedro Sánchez se remitió al encuentro que la ministra de Educación, Isabel Celaá, mantendrá con la Conferencia Episcopal el próximo 3 de diciembre para aterrizar las propuestas. Eso sí, apuntó que el marco de trabajo tendrá lugar desde “el compromiso con el debido cumplimiento del acuerdo al respecto con la Santa Sede”.

Tras hacer un repaso sobre el mapa de la asignatura de Religión en el continente europeo, expuso los planes del Gobierno para esta materia: “Sobre la enseñanza confesional de la religión no cambia nada”, expuso López: “Será de oferta obligatoria para los alumnos que lo soliciten y financiada con fondos públicos”.

Evaluar y devaluar

“El carácter evaluable a mi juicio para la convocatoria de becas y para selectividad es más cuestionable y desde ahí hemos abierto un debate con los diferentes agentes”, añadió, a la vez que dejó caer que “la Religión debe ser evaluada, porque lo que no se evalúa se devalúa”.

De esta manera, el representante del Ejecutivo reafirmó que no tendrá alternativa: “Será el centro el que la tendrá que adaptar dentro del horario escolar junto con las demás asignaturas optativas”.  También confirmó que el profesorado no será elegido por el Estado, como hasta ahora, sino por parte de las entidades competentes -en este caso, la Conferencia Episcopal-, acorde con la titulación debida.

Contenidos trasversales

Junto a esto, expuso que a través de la nueva reforma legislativa se incorporarán contenidos sobre el hecho religioso de forma transversal en otras materias del área de Geografía, Historia y Filosofía, “y algunos reclaman que también en el área de Lengua y Literatura”.

“Es razonable establecer un conocimiento básico de las creencias fundamentales de la religión católica, de las raíces del cristianismo y su relación con otras religiones monoteístas”, explicó, ahondando en la necesidad de que el hecho religioso esté en el aula para lograr “una mirada más inclusiva y una mayor cohesión social”.

Debate con actitud divisiva

Ante estas propuestas del Ejecutivo socialista, el consejero de Educación de Castilla y León, Fernando Rey Martínez, defendió la presencia de la asignatura, con las sentencias del Constitucional en la mano. Sobre el debate del hecho religioso en la escuela, apuntó que se trata de “un asunto inflamable y amortizado, con grumo ideológico y con una actitud divisiva”. A partir de ahí, condenó las actitudes de la que denominó “izquierda escolar”: el populismo escolar apoyado en la equidad, el absolutismo en la igualdad de género y el anticlericalismo.

¿Verdaderamente era necesario que en la reforma de la ley orgánica abordara el tema de la religión? No es un tema central de la vida de los centros y, una vez que se invoca, se agota el mínimo consenso que pueda haber sobre el tema educativo”, añadió.

Los alumnos en el centro

Por su parte, Javier Cortés se desmarcó de la mirada política y jurídica, para abordar el debate de la asignatura de Religión desde el punto de vista de la escuela. De hecho, lamentó que solo se plantee esta cuestión desde estos ámbitos, y no desde un debate cultural y educativo. “Hasta ahora no se ha hablado de los alumnos, que son los protagonistas, los que tienen que construir su identidad en las aulas”, denunció. Cortés criticó tanto “la interpretación laicista de la cuestión” como “la postura cuando menos ambivalente de la jerarquía de la Iglesia entre un discurso cultural y un discurso legal muy a menudo en franca contradicción”.

A partir de ahí, propuso “elevar el discurso educativo más allá de las leyes”, para llegar a “una consideración abierta y positiva hacia lo religioso”. En este sentido, defendió la escuela como promotora de la “ciudadanía democrática”, así como “abierta a la universalidad de los saberes con sus diferentes racionalidades con el horizonte de una educación integral”. Cortés reivindicó “una presencia sistemática y generalizada de lo religioso en el sistema educativo”.

En esta línea, se atrevió a cuestionar al auditorio si tiene sentido la dicotomía entre la enseñanza laica y confesional de la religión. “¿Acaso podemos plantear una enseñanza laica de la poesía? ¿Cómo hablar de los versos de san Juan de la Cruz? La religión no es arqueología, es para comprender el mundo de hoy”, interpeló. A la par, planteó que los profesores de Religión debían ser personas “formadas, sensibles y con una experiencia positiva hacia el hecho religioso”. De lo contrario, se enseñará “educación de forma aséptica y fría”.

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