En un hecho inédito y sin precedentes, un representativo grupo de líderes religiosos –entre católicos, protestantes, musulmanes, hindúes, budistas y judíos–, junto a varios miembros de ONG y del mundo académico, se unieron a las comunidades indígenas y afrodescendientes para comprometerse a “expresar la urgente responsabilidad moral que comparten para poner fin a la destrucción de los bosques de Colombia y proteger los derechos de los pueblos indígenas y a quienes custodian los bosques”.
En un encuentro realizado entre el 19 y el 21 de noviembre en Bogotá, en la sede de la Pontificia Universidad Javeriana, auspiciado por Naciones Unidas, se dio forma a lo que han denominado Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales en Colombia, motivada por “la protección y restauración de los bosques es una de las mejores herramientas que tenemos para enfrentar el cambio climático”, como expresó Joyce Msuya, directora ejecutivo interina de ONU Medio Ambiente.
Colombia es reconocida como el país con mayor biodiversidad en el mundo y tras el fin del conflicto con las FARC “más de 40 campos de fútbol de bosques desaparecen cada día, principalmente debido a la tala ilegal y al espacio dispuesto para el ganado y la coca. Muchas personas que resisten a esta destrucción, son víctimas de la violencia”, como denunciaron los organizadores de esta iniciativa.
“Ha llegado el momento de un movimiento mundial para el cuidado de los bosques tropicales que se base en la sabiduría de los pueblos indígenas, los hallazgos de la ciencia y los valores morales de las comunidades de fe”, expresaron en una declaración pública suscrita al final de las jornadas de reflexión.
Los líderes religiosos aseguraron que “Colombia es hoy uno de los países más desiguales del planeta, donde acudir a la violencia para resolver los conflictos ha sido parte central de nuestra historia”. De ahí que “uno de los temas más urgentes hoy es la protección de los bosques tropicales y de todos quienes han nacido y crecido en ellos”.
“Para las diversas religiones y espiritualidades que nos hemos reunido en favor de esta causa común, el cuidado de la creación, de su flora, su fauna, sus riquezas naturales, se ha convertido en un compromiso compartido”, enfatizaron.
Las distintas confesiones de fe que conforman esta iniciativa, coinciden en que “la encíclica Laudato Si’ del papa Francisco que ha sacudido a todo el mundo, incluyendo a personas de todas las creencias, es un mensaje que nos exige adoptar una mayor conciencia sobre la protección del ambiente y que nos convoca a la acción en respuesta al cambio climático”.
Advierten, además, que la raíz humana de la crisis ecológica “está destruyendo la naturaleza y generando desnutrición, contaminación, enfermedades, desiertos y muertes”. Incluso se desmarcan de creencias anteriores: “Hasta hace pocos años pensábamos que el ser humano estaba llamado a dominar la naturaleza, interpretando equivocadamente los mensajes de la creación”. “En cambio, hoy entendemos que la voz de lo sagrado nos convoca a cuidar la naturaleza y preservarla para el goce de las generaciones futuras”.
En clara muestra de fraternidad con las generaciones actuales de los pueblos originarios, las diversas confesiones pidieron perdón por la “herencia de una colonización en la que no prevalecieron las voces compasivas de las religiones” con lo cual asumen el compromiso de “no repetición y de una acción reparadora que proteja la vida humana y la naturaleza con sus bosques tropicales, de lo cual hace parte nuestra Iniciativa”.
A través de la declaración, desde esta iniciativa interreligiosa manifiestan “la voluntad de trabajar juntos, partiendo del reconocimiento de las diversas espiritualidades, de la ley de origen y de los mandatos ancestrales y nuestros distintos saberes científicos”.
“Aspiramos a fortalecer nuestra comprensión de las culturas ancestrales que en Colombia han sido parte y garante de la existencia de los bosques tropicales, junto con quienes los habitan desde la época de la colonización esclavizadora, y a los que han llegado como consecuencia del desplazamiento forzado generado por el conflicto armado”, señalaron.
Entre los compromisos que asumen los líderes religiosos se destaca el de “contribuir a un proyecto de economía que supere al extractivismo y la industrialización destructiva y se vincule con la visión indígena del buen vivir para garantizar el bien común”.
Asimismo, solicitan principalmente al gobierno asumir el “compromiso de respetar, prevenir y proteger esta Iniciativa garantizando los derechos y las libertades de los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos para desarrollarla, y la protección efectiva de la vida de líderes de todos ellos”, en virtud de la ola de violencia desatada en el período de posconflicto, que ha cobrado en lo que va de año la vida de más de un centenar de líderes.
Foto: Héctor Lizarazo / CRC