Paula Domingo: “No tenemos que salir a ayudar, sino a compartir”

Paula Domingo, carmelita de la caridad vedruna

Paula Domingo, Carmelita de la Caridad Vedruna, vive desde hace algunos años su misión en Ceuta. Una ciudad que le ha permitido conocer de cerca la realidad de la inmigración y la necesidad que tiene la vida religiosa de compartir su camino junto con los pobres, como señaló durante su aportación en el marco de la XXV Asamblea General de CONFER.

PREGUNTA.- ¿Cuál es el futuro lleno de esperanza para la vida religiosa?

RESPUESTA.- La esperanza de la vida religiosa es salir de los grandes edificios y llegar a las realidades de la periferia, ya que es allí donde vamos a encontrar lo que estamos buscando, que es el reino de Dios. Esto es importante porque seremos muchos menos y eso va a limitar las misiones que tenemos para dedicarnos más a vivir con la gente, a estar con ellos, a compartir y a ir intentando vivir el reino de Dios ahí donde estemos, creando siempre una sociedad más justa.

P.- Como decía el título de la conferencia en la que participó, ‘los pobres nos desvelan el futuro’, pero ¿les atendemos?

R.- No demasiado. Lo decimos, lo escribimos, lo leemos, pero a la hora de la verdad no nos lo creemos tanto. Eso hace que busquemos otras formas de estar en la sociedad más cómodas, que nos den más seguridades, porque es cierto que ir a los lugares donde están los pobres es siempre más inseguro. No vamos a tener comodidades, pero sí una vida mucho más plena y eso hasta que no lo experimentas no lo puedes saber, mucho menos si estás cómoda en tu realidad y ves que hay una otra que desconoces y, además, en una situación mucho más conflictiva. Pero es ahí donde está nuestra opción.

P.- El Papa recalcó en su mensaje a esta Asamblea que no hay que ser héroes, sino acompañantes…

R.- Sí, dejas una serie de cosas materiales para encontrar una gran riqueza en las relaciones en igualdad, aquellas donde puedes experimentar que la riqueza no está en el tener sino en el vivir, en el compartir, en el acompañarnos unos a otros y crecer juntos. Siempre teniendo en cuenta que nosotros no vamos a salvar a nadie, eso es una equivocación. Es Dios quien nos salva, y lo hace también en estas realidades. Esa idea que tenemos de que tenemos que ir a ayudar es negativa. Vamos a compartir y a crecer juntos en Su Reino.

P.- ¿Está sabiendo España ‘acoger, integrar, proteger y promover’ a los migrantes?

R.- A nivel teórico, sí, pero la acogida conlleva más. Significa que tengo que hacer hueco a alguien y renunciar a una serie de cosas para que el otro pueda estar bien. La acogida que se está haciendo es vertical, es decir, yo estoy arriba y tú abajo. Yo te doy y tú tienes que agradecérmelo. No se hace una acogida desde la igualdad, así como la integración no es que vienes aquí a hacer lo que yo quiero, sino que vamos juntos a ver cómo podemos enriquecernos.

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