El sábado 26 de enero del próximo año será histórico para el pueblo panameño, pues ese día se tiene contemplada la consagración de la Iglesia Catedral Basílica Santa María la Antigua de Panamá por parte del papa Francisco, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud 2019.
Localizada en el casco antiguo de la ciudad de Panamá, esta iglesia comenzó a construirse en 1688, pero su consagración se realizó poco más de un siglo después, en 1796. Fue apenas hace cuatro años, en diciembre del 2014, cuando la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos confirió a la catedral metropolitana el título de basílica menor, a petición de la Conferencia Episcopal Panameña.
Dos años de arduo trabajo
Con motivo de la reunión que a finales de enero próximo sostendrá el Santo Padre en esa ciudad con miles de jóvenes de todo el mundo, la catedral basílica fue sometida por el gobierno panameño a una remodelación.
Durante dos años el templo estuvo cerrado a la feligresía para poder avanzar en el remozamiento, que consistió básicamente en la colocación de un nuevo piso de mármol, sistema de aire acondicionado, modernización del sistema eléctrico, reparación del techo, restauración de la puerta principal y del altar mayor, entre otras obras. El proyecto tuvo una inversión de 12 millones de dólares.
El pasado sábado 24 de noviembre, el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, tras recibir de la vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel De Saint Malo, las llaves del inmueble restaurado, permitió el acceso de los fieles para que pudieran apreciar el templo en todo su esplendor antes de la consagración que tendrá lugar el sábado 26 de enero con la dedicación del altar, en una Misa que presidirá el papa Francisco.
Una campana para el Papa
“Queremos compartir la alegría de recuperar esta Basílica que es la primera erigida en tierra firme por el papa Adrián IV, en la gran casa del Cacique Cémaco, cuando los españoles decretaron fundar una tierra dedicada a Santa María en 1510″, recordó el Arzobispo de Panamá ante cientos de personas que participaron en la presentación.
José Domingo Ulloa explicó que fueron varios años los que la catedral estuvo cerrada, pero valió la pena, pues “la encontramos más bella y más acogedora”. Aseguró que la Arquidiócesis de Panamá, con ayuda de los fieles, procurará completar los detalles, aunque “es más la ilusión que los medios”, reconoció.
En el acto, el Arzobispo bendijo las campanas del templo, una de las cuales fue dedicada al papa Francisco, por lo que su nombre se puede apreciar en la superficie externa.