Jaime del Arenal Fenochio asegura que el gobierno de Enrique Peña Nieto termina con un balance muy positivo en la materia: “Así lo han hecho ver las autoridades vaticanas, y el Papa está muy complacido”
A sólo tres días de regresar a México, tras haber terminado su misión diplomática ante la Santa Sede, el Doctor Jaime del Arenal Fenochio hace un balance de la relación entre ambos Estados durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. Asegura que ésta fue muy positiva, y que el papa Francisco quedó “muy complacido”.
Del Arenal inició su labor como embajador de México en el Vaticano en septiembre del 2017, luego de la renuncia del anterior titular, Mariano Palacios Alcocer. Abogado de profesión, Del Arenal no tiene empacho en calificar como perfecta su misión: “no puedo sino felicitarme con un diez”, dice.
Y es que, tras la inesperada dimisión de su antecesor, a Jaime Del Arenal le tocó coordinar en el 2017 las acciones para conmemorar un cuarto de siglo del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos Estados.
Para el diplomático -quien estará volando de regreso a México el próximo domingo, luego de que Andrés Manuel López Obrador tome posesión este 1 de diciembre como nuevo presidente de México–, las relaciones quedan muy fortalecidas, pues “la Santa Sede ha encontrado en el gobierno mexicano un colaborador en todas sus iniciativas a favor de la dignidad de la persona humana”, dice.
En entrevista con Vida Nueva, destacó la colaboración en temas como la defensa del medio ambiente, el respeto a los derechos humanos de los migrantes, la promoción de la paz y el combate a la pobreza, a través de diferentes convenios.
De manera particular –añadió– este año la colaboración ha sido muy exitosa porque la Santa Sede apoyó mucho una iniciativa en la que México es cofacilitador con Suiza de un pacto mundial sobre migración segura y ordenada; “me imagino que México también prestará su apoyo y colaboración en la iniciativa de la Santa Sede para celebrar el Sínodo de la Amazonía en el 2019”, sobre el medio ambiente.
“La relación queda muy en alto –asegura– así lo han hecho ver las autoridades vaticanas, y el Papa está muy complacido”. Dijo que si bien en tiempos pasados hubo una relación muy difícil “ahora podríamos hablar felizmente de una curva ascendente en este sentido”.
Sin embargo, reconoció que aún falta avanzar en el tema de la libertad religiosa y en el establecimiento de convenios que permitan ir adelante en temas concretos, por ejemplo, el reconocimiento de los estudios profesionales que se cursan en universidades pontificias, tarea en la que habrá de trabajar el próximo gobierno.
Jaime del Arenal recuerda de manera particular la celebración del cuarto de siglo del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que entre otras cosas incluyó un seminario en la Academia de Ciencias del Vaticano sobre migración, además de conferencias, representaciones artísticas, y la exposición de los tesoros del Vaticano en el antiguo Colegio de San Idelfonso, en México.
Respecto a los logros más importantes en materia de libertad religiosa, recordó que si bien en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa se estableció la laicidad, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto se reforzó la libertad religiosa. “Esos logros –si uno revisa la historia mexicana– son verdaderos hitos que uno esperaba, pero que no se habían dado durante décadas”, agregó.
PREGUNTA.- ¿Qué opinión tienen de México en el Vaticano?
RESPUESTA.- Al ser el segundo país con mayor número de católicos en el mundo, después de Brasil, claro que México interesa a la Santa Sede, y lo demostró el papa Francisco con su vista en 2016. Por supuesto que hay preocupación por la inseguridad en algunas regiones del país, pero la Santa Sede está convencida de que el carácter democrático del Estado mexicano es uno de los grandes avances que hemos podido conseguir los mexicanos.
Y desde el punto de vista religioso –concluyó– “estamos conscientes de que la identidad católica de los mexicanos gira entorno a la imagen de la Virgen de Guadalupe; el Papa tiene una gran veneración por ella, y en ese sentido la Iglesia católica aplaude el esfuerzo del gobierno mexicano por acentuar la libertad religiosa y por fortalecer la dignidad de la persona humana y los derechos humanos, y desde luego, hacerlo en un plano de la aplicación de la ley y de la Constitución”.