Cada viernes, Vida Nueva te acerca sus recomendaciones en pantalla grande (o no tanto)
Verónica, Alice, Linda y Belle son cuatro mujeres que no tienen nada en común, salvo una deuda heredada por las actividades criminales de sus difuntos maridos. Decididas a tomar las riendas de su destino, conspiran juntas para forjarse un futuro con sus propias reglas.
Steve McQueen –que en sus tres anteriores trabajos apostó por personajes en situaciones límite: de sometimiento (’12 años de esclavitud’), adicción al sexo (‘Shame’) o huelga de hambre (‘Hunger’)– abandona la senda de los conflictos extremos para organizar un atraco y asaltar el territorio del entretenimiento. No en vano, es la adaptación de una miniserie británica de 1983 trasladada al Chicago actual.
Sin embargo, entre sus intrigas, sus giros de guión y sus escenas de acción, se cuelan temas de calado, como la violencia racial, las reivindicaciones femeninas, la corrupción política, la religión o la familia. Argumentos que inquietan al director y a nuestras desesperadas viudas, cuya rebeldía es la mejor expresión de su supervivencia.
Dos horas de atractivo ‘thriller’, que conjuga hábilmente elegancia formal, tensión narrativa y una importante carga de profundidad en sus mensajes.
Cuando un tribunal se pronuncia sobre cuestiones relativas a la infancia, “el bienestar del menor será la consideración primordial del juez”. Así lo determina en el Reino Unido la ‘La ley del menor’, título de una conocida novela de Ian McEwan llevada a la gran pantalla por Richard Eyre con guión del propio escritor.
Una veterana jueza de familia (espléndida Emma Thompson) se enfrenta al caso de un joven a punto de cumplir los 18 que padece leucemia y necesita una transfusión, pero se niega a recibirla porque, como testigo de Jehová, le han enseñado que “la sangre es tan sagrada como la vida”.
Antes de emitir su veredicto, la magistrada le visitará en el hospital. Un inédito encuentro que saca a la luz el equilibrio a veces imposible entre normas y creencias, y que tiene unas consecuencias emocionales para sus protagonistas. Así, una historia que apuesta por la contención y el sentido común, frente al disparate de cierto puritanismo religioso, no oculta el desasosiego y la ambigüedad de las encrucijadas vitales.
Un drama que invita a reflexionar y buscar respuestas. Imperfectas, no definitivas, pero que ayudan a seguir caminando.
Un vendedor de robots de cocina un tanto soñador, en plena crisis de pareja y acosado por las deudas, le promete a su hijo de 9 años unas vacaciones de verano inolvidables si aprueba el curso con sobresaliente. El niño lo logra y ambos emprenden un viaje en el que conocerán gente y vivirán situaciones que cambiarán para siempre sus vidas.
El cómico Leo Harlem acapara el protagonismo de una ‘road movie’ de buenos sentimientos al servicio del popular monologuista, que reúne en torno a sí a un puñado de profesionales de la risa (los televisivos Jordi Sánchez, Berto Romero, Salva Reina, Silvia Abril, Arturo Valls…) con el respetable propósito de encadenar gags tan inofensivos que hasta producen cierta ternura.
Sin embargo, la hábil dirección de Dani de la Orden nos permite descubrir algo más que un vehículo para el lucimiento de la estrella de turno. Bajo la apariencia de un producto concebido para el puro entretenimiento, se adivina un sutil homenaje a esos padres que, en su torpeza, acaban convirtiéndose en héroes a ojos de sus retoños.
Un padre y un hijo que buscan ser felices no pueden hacer daño a nadie. Por lejos que nos quede ya el verano.