Persuasión versus manipulación. En estos polos se mueve la ética en materia de marketing y está duda sobrevoló durante la ponencia de Antonio Salcedo durante el II Congreso Internacional REinspira de marketing religioso celebrado en Madrid. Durante su intervención, este doctor en Economía de la Empresa y licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, aclaró que “persuadir no es malo, manipular sí, la diferencia está en la motivación que tenga”.
Así puso en primer lugar cómo modelo al Papa Francisco como un hombre con “un poder de persuasión impresionante, pero en el que no hay un atisbo de manipulación”. De la misma manera presentó a Vicente Ferrer y al padre Ángel como figuras “que saben transmitir porque comunican desde un centro firme y rotundo, aunque no tengan el mejor discurso”. “Ambos hablan con visión y muestran convicción en lo que cuentan”, relató Salcedo.
A partir de ahí, el experto se detuvo en la parábola sobre la casa sobre roca para subrayar “cómo Jesús era capaz de sensorializar el mensaje para acercarse al otro” y se remitió a las Bienaventuranzas para reivindicar su actualidad, si bien hay que saber adaptarlas a los códigos de hoy.
Sobre las dinámicas persuasivas, Salcedo lanzó varias recomendaciones como no avasallar con mensajes a los jóenes, a apostar por el “menos es más”, tener en cuenta de que “la emoción buena contamine a todo lo que sigue”. De hecho, hizo hincapié en cómo “no hay nade en el cerebro que no entre antes por los sentidos”.