Las estrategias de fidelización empresarial “nos pueden ayudar a fomentar la fidelización en la Iglesia, si la entendemos como un modo de cultivar y cuidar la fe”, ha dicho Ignacio del Corro durante su ponencia ‘Fidelización en marcas vs fidelización en la Iglesia’ durante el segundo congreso internacional de marketing religioso REinspira.
En un contexto en el que “2 de cada 3 españoles se dicen católicos, pero solo 1 de cada 4 se define practicante”, del Corro ha reflexionado sobre si “al igual que hicieron las empresas durante la crisis”, la Iglesia no debería “reinventarse”, empezar a “centrarse en qué necesitan las personas”.
Con la tendencia actual, en España hay un sacerdote por cada 400 jóvenes, “y eso teniendo en cuenta solo atendiesen a los jóvenes”, por lo que “tal vez no les estemos atendiendo como debemos”. Sin embargo, del Corro ha apostillado que “la gente solo quiere que la quieran”, ha subrayado del Corro, y “la promesa de nuestra ‘marca’ es, precisamente, el amor”. Y es que “el dato revelador de que el 68% de los clientes se pierden por falta de servicio, por no sentirse atendidos, valorados, escuchados y considerados, es muy revelador”.
Del Corro ha apostillado que con “fidelidad no nos referimos a generar lealtad sino satisfacción”, para plantearse si la Iglesia está generando satisfacción en sus ‘clientes’. La respuesta, para del Corro, es que “no somos capaces de vincular, de satisfacer las necesidades” porque, mientras “todas las grandes empresas se han enfocado al cliente, y parece que la Iglesia no se atreve a dar el paso”.
Así, cada joven tiene “unas necesidades únicas y personalizadas a las que hay que dar respuesta”. Y, para ello, “hay que investigar el por qué cada uno toma una postura distinta ante la Iglesia”. Una de las formas de acercarse a los jóvenes es “adaptar el discurso a sus canales”, crear un discurso “más tangible”, porque “no es lo mismo soltar el discurso de ‘no matarás’ que adaptarlo al bulliying, a las drogas, al ciberacoso”.
La forma de relación con los clientes “está cambiando”, y esto “es una oportunidad para la Iglesia”. Y es que los medios digitales “nos dan enormes oportunidades” de alcance, cobertura y relación. “Eso si, eso da miedo”, y la Iglesia debe “ser lo suficientemente valiente como para estar en los canales que nos van a poder permitir estar con los jóvenes”.
“Ahora mismo la barrera entre on line y off line”, motivo por el cual “habría que crear un ecosistema multicanal para una mayor presencia y apoyo”. A pesar de que la Iglesia maneja distintos canales, lo cierto es que “detrás de todos los soportes de planificación de la Iglesia nos encontramos que no hay una estrategia planificada”. Estos soportes, señaló del Cerro, “buscan resolver un problema puntual, no un problema estratégico”. Por ello, vuelve a enfatizar que “en el centro” de ese “ecosistema” deben estar los jóvenes, “y al rededor de este las congregaciones, los canales y las parroquias”.