“El mensaje de la Iglesia merece la pena, no tengo ninguna duda, pero tenemos que ser capaces de explicarle a alguien en el tiempo que dura un viaje en ascensor para convencer al otro de que merece la pena”. Es el desafío que lanzó ayer Natalia Sánchez de León durante la conferencia de clausura del II Congreso Internacional Reinspira sobre marketing religioso.
La brand manager homecare brands Spain & Portugal en Procter & Gamble, se sirvió de un producto del mercado tan reconocible como Fairy para reivindicar el valor y la calidad del mensaje del Evangelio, pero, a la vez, la necesidad de reinventar la manera de comunicarlo. “No tenemos que disfrazar el mensaje ni edulcorarlo, porque creamos que a unos o a otros les ofenderá una idea o porque es políticamente incorrecto. No podemos ofrecer una papilla como a los bebés que no se quejan, sino un chuletón”, advirtió.
Buscar todos los medios al alcance
“El mensaje de Jesús es revolucionario hasta morir y su mensaje sigue siendo tan innovador ahora como hace 2.000 años”, recordó, a la vez que subrayó cómo la Iglesia debe asumir “que no todo el mundo sabe quiénes somos, sería de una soberbia absoluta”. Por eso, Sánchez de León instó a utilizar los múltiples medios que están al alcance, “desde los influencers de internet a nuestros propios prescriptores, por ejemplo, potenciar a los jóvenes que ya tenemos en la parroquia para que sean ellos los que contagien a otros”.
Además, apostó por el trabajo en equipo entre las diferentes comunidades eclesiales. “Una máxima en el marketing es el ‘observa y aprende’, o lo que es lo mismo, conocer lo que le funciona a otro para ver si lo puedes aplicar tú. Creo que en la Iglesia compartimos poco las experiencias de éxito. No se trata de coger el modelo del vecino y aplicarlo igual, pero sí ver qué elementos utilizan que nos pueden servir”.
