Fue la Plenaria de los abusos, de la petición de perdón y de la toma de medidas para que nunca más vuelvan a producirse. Ese es el resumen que de la CXII Asamblea del Episcopado español, celebrada del 19 al 23 de noviembre pasado en Madrid, hacen a esta revista algunos obispos, que destacan también que, en este asunto, “hemos ido todos a una, de manera unánime”.
“El de los abusos ha sido el tema que más tiempo ha ocupado en los debates de esta Plenaria, y con una gran libertad. Ha sido una Asamblea intensa, con mucho contenido, y en un clima sereno y positivo. No queremos que en este tema se nos teledirija desde fuera. Ha sido toda una mañana hablando con mucha sinceridad, de manera clarificadora y sin miedo a tocar la cuestión”, señala uno de los pastores que asistió –y habló– sobre una lacra que comienza también a salpicar a la Iglesia española.
“Ya se ha pedido perdón, pero el mejor perdón es la eficacia para que esto no vuelva a suceder”, apunta un prelado a esta revista. “Y para eso se ha creado la comisión”, añade en alusión a la denominada ‘Comisión de trabajo sobre la actuación en delitos a menores’, que preside el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez. “La comisión se ha reunido ya tres veces y va dando sus pasos, se ha avanzado ya en un protocolo y se irá abriendo a la participación de más personas, de juristas, de víctimas que quieran hablar con confianza”, apunta el pastor.
Hablaron casi todos los obispos
El obispo es consciente de que la falta de estas personas entre los miembros de la comisión es una de las críticas más fuertes que cosechó su creación por parte del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal en septiembre pasado. “Si una víctima pide hablar, claro que no se le negará. El espíritu que reina en la comisión es el más abierto posible a escuchar a todas las partes, y esto se irá haciendo progresivamente. La comisión está trabajando muy bien, y cuando llegue el momento se irá abriendo y escuchando a las víctimas. No nos podemos negar, pero es que tampoco nos lo planteamos. Escuchar a las víctimas, a los pobres, está en nuestros genes pastorales”, señala.
De esa larga mañana dedicada a la pederastia en la Iglesia, este obispo destaca, además de que tomasen la palabra casi todos los asistentes, cerca de 80, “que no hay fractura entre nosotros a la hora de abordarla. Vamos todos a una, de manera unánime, con una actitud evangélica, en consonancia con el papa Francisco”.