Mario Cargnello, arzobispo de Salta (Argentina) se ha pronunciado ante El Tribuno acerca de los casos de abusos, en concreto, sobre la causa contra Eduardo Balbi, sacerdote argentino investigado por casos de trata de personas. Durante la entrevista se ha lamentado por las víctimas, y ha asegurado que esta situación “sirve para replantearse las formas en que la Iglesia” ha encarado las denuncias.
Por otra parte, Cargnello ha señalado que fue Benedicto XVI “el gran promotor” de la conciencia de que “hay que poner los ojos en las víctimas“, y ha añadido que fue en ese momento cuando se aprendió “a tipificar estas cosas como delitos, porque antes se las consideraba como pecado”.
Debido a esto, el arzobispo ha apostillado que le “gustaría” derivar las denuncias recibidas a la Justicia civil, pero que para ello sería necesario “modificar el acuerdo” entre Argentina y la Santa Sede, ya que las actuaciones hacia los religiosos del país “están limitadas por el Concordato del 66″.
Francisco no ha enviado un mensaje al G-20 que se celebra en Argentina porque Macri no se lo ha pedido
El Papa no ha enviado, en esta ocasión, un mensaje a los líderes mundiales reunidos en la cumbre del G-20, que celebra su sesión este año en Argentina, país natal del Pontífice. En la cumbre anterior, celebrada en Hamburgo, Bergoglio envió una carta en la que solicitaba a los presentes que combatiesen la pobreza y pedía atender a los refugiados y responder ante la realidad del cambio climático.
En esa ocasión, la canciller alemana Angela Merkel sí solicitó al Papa unas palabras para el encuentro que se celebraría en su país, mientras que Mauricio Macri no lo ha hecho.
El primer mensaje de Francisco a la cumbre fue en 2013, poco después de ser elegido Papa. En su carta, dirigida a la reunión en San Petesburgo, advertía acerca de la guerra de Siria y pedía evitar un ataque conjunto, lo cual fue considerado y aceptado por la comunidad internacional.
El portavoz del Episcopado francés reconoce que los chalecos amarillos muestran la “fractura social”
“Los chalecos amarillos muestran la verdadera dificultad de vivir, la profunda fractura entre las élites y los que se sienten apartados, la complejidad de un mundo que tan rápidamente ha cambiado”. Así ha comentado Olivier Ribadeau Dumas, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Francesa, lo ocurrido durante las manifestaciones en París. Y agrega: “Es un cuestionamiento del significado de lo que queremos vivir juntos”.
Les #giletsjaunes montrent la réelle difficulté de certains pour vivre, la cassure profonde entre les « élites » et ceux qui se sentent mis de côté, la complexité de changer si rapidement de monde. Il s’agit d’un questionnement sur le sens de ce que nous voulons vivre ensemble.
— O.RIBADEAU DUMAS (@ORDUMAS) 1 de diciembre de 2018
Hoy ha tenido lugar la tercera protesta contra el precio del combustible. Según fuentes oficiales, hay 92 personas heridas, incluídos 14 policías, así como 205 detenidos. Ante ello, en otro tweet, Dumas ha destacado que “la exasperación y la ira legítima de algunos no pueden justificar la violencia verbal o física”.
L’exaspération et la colère légitimes de certains ne sauraient justifier la violence verbale ou physique. #giletsjaunes
— O.RIBADEAU DUMAS (@ORDUMAS) 1 de diciembre de 2018