La nueva embajadora de España cerca de la Santa Sede, Carmen de la Peña, presentará hoy las cartas credenciales ante el Papa. Se trata de un acto protocolario y de toma de contacto que no sería noticiable si no fuera porque el Vaticano ha decidido adelantar este encuentro. ¿El motivo? Que la titular de la misión diplomática permanente más antigua del planeta pueda ejercer de anfitriona oficial y no interina ante Francisco el próximo sábado 8 de diciembre, cuando el Santo Padre se desplazará hasta la Plaza de España para rezar ante la imagen de la Inmaculada Concepción de María.
Se trata de un signo de deferencia más que significativo, sobre todo, después del revuelo generado por la vicepresidenta Carmen Calvo tras su viaje a Roma para encontrarse con el secretario de Estado de la Santa Sede Pietro Parolin. Por primera vez en democracia, el Vaticano lanzaba un comunicado público en el que corregía a un miembro del Gobierno español ante su versión dada del encuentro mantenido con el “primer ministro” papal.
Sin embargo, este gesto de la Santa Sede hacia Carmen de la Peña, podría interpretarse como el final de la crisis generada por el Ejecutivo socialista de Pedro Sánchez. Y es que, en los pasillos vaticanos, se vivió con sorpresa -y sospecha- que tan solo tres días antes del viaje de Calvo a Roma, el Gobierno cesara de forma repentina al hasta entonces embajador Gerardo Bugallo.
Sucede a Gerardo Bugallo
No es habitual que los representantes de un país mantengan una reunión con el secretario de Estado sin la presencia de su embajador. Sin embargo, el Gobierno quería evitar por todos los medios la asistencia de Bugallo, al considerarlo un sujeto “incómodo” al ser designado para el cargo por Mariano Rajoy en su segunda legislatura.
No quería Carmen Calvo despachar ante él sobre el traslado de Franco, la inmatriculación de los bienes eclesiales, los impuestos y demás cuestiones sobre la religión en España. Lamentablemente, ese férreo control de Moncloa se tornó en discordia tras las declaraciones de la vicepresidenta sobre la exhumación de los restos del dictador. Así se dejaba patente en el comunicado lanzado por la Secretaría de Estado de las Santa Sede.
De la Peña se convierte así en la segunda mujer en ocupar la Embajada cerca de la Santa Sede tras María Jesús Figa. La diplomática madrileña ha sido embajadora en Etiopía, Seychelles, Yibuti, Qatar y observadora permanente ante la Unión Africana.