Vaticano

El Papa pide a la Inmaculada que “permanezca cercana a las familias del mundo”

  • Francisco reza en la plaza de España de Roma en la solemnidad de la Inmaculada Concepción
  • “Los derechos humanos preceden a cualquier necesidad legítima”, ha recordado





En la solemnidad de la Inmaculada Concepción -8 de diciembre-, el papa Francisco se ha desplazado después del almuerzo hasta la Basílica de Santa Maria Maggiore para rezar ante la imagen del ‘Salus Populi Romani’. Inmediatamente después, se ha dirigido a la plaza de España de Roma para el tradicional acto de veneración de la Inmaculada, a la que le ha dedicado una oración tras la ofrenda floral. “Madre inmaculada, en el día de tu fiesta, tan querida por el pueblo cristiano, vengo a rendirte homenaje en el corazón de Roma”, ha dicho.

“En mi corazón traigo a los fieles de esta Iglesia, y a todos los que viven en esta ciudad, especialmente los enfermos, y cuántos por diferentes situaciones tienen más dificultades para avanzar”, ha manifestado. “En primer lugar, queremos agradecerte por el cuidado materno con el que acompañamos nuestro recorrido: ¿Cuántas veces oímos con lágrimas en los ojos de los que han experimentado tu intercesión las gracias que nos pides por tu Hijo Jesús?”, ha añadido.

Asimismo ha manifestado que “también pienso en una gracia ordinaria que das a las personas que viven en Roma: la de afrontar los inconvenientes de la vida cotidiana con paciencia. Por esto te pedimos la fuerza para no renunciar, en efecto, a hacer cada día mejorar las cosas, porque el cuidado de todos hace que Roma sea más bella y habitable para todos; porque el deber bien hecho asegura los derechos de todos”.

“Oramos por quienes tienen roles de responsabilidad”

Asimismo, ha destacado que “pensando en el bien común de esta ciudad, oramos por aquellos que tienen roles de mayor responsabilidad: dales sabiduría, previsión, espíritu de servicio y colaboración”. “Santa Virgen -ha añadido-, quisiera confiarle especialmente a los sacerdotes de esta diócesis: los párrocos, los vicesacerdotes, los ancianos sacerdotes que con el corazón de los pastores continúan trabajando para el pueblo de Dios, los muchos estudiantes de sacerdotes de todo el mundo que colaboran en las parroquias. Por todos ellos te pido la dulce alegría de evangelizar y el don de ser padres, cercanos al pueblo, misericordiosos”.

Del mismo modo, “a ti, una mujer consagrada a Dios, confío a las mujeres consagradas en la vida religiosa y en la vida secular, que gracias a Dios en Roma hay muchas, más que en cualquier otra ciudad del mundo, y forman un hermoso mosaico de nacionalidades y culturas”. Les pido la alegría de ser, como usted, esposas y madres, fructíferos en la oración, en la caridad, en la compasión…”.

Y “una última cosa que te pido, en esta época de Adviento, pensando en los días en que usted y José estaban ansiosos por el inminente nacimiento de su hijo, preocupados porque hubo un censo y también tuvo que abandonar su ciudad, Nazaret, e ir a Belén… Sabes lo que significa traer vida a tu regazo y sentimiento de indiferencia, rechazo, a veces desprecio” Por eso,te pido que te quedes cerca de las familias hoy en Roma, en Italia y en todo el mundo, para que no sean abandonados a sí mismos, sino protegidos en sus derechos, derechos humanos que preceden a cualquier necesidad legítima”.

Para concluir, el Pontífice ha pedido a la Virgen que vele “por esta ciudad, en hogares, colegios, oficinas, comercios, fábricas, hospitales, cárceles; que en ninguna parte falta lo que Roma tiene más preciado y que preserva el testamento de Jesús para todo el mundo: ‘Amaos como yo os he amado’ (cf. Jn 13, 34)”.

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