Los mártires de Argelia son “fieles anunciantes del Evangelio, humildes constructores de paz y testigos heroicos de la caridad cristiana”. Así los ha recordado el papa Francisco hoy, 8 de diciembre, durante el rezo del Ángelus en la plaza de san Pedro. Pietro Claverie y otros 18 religiosos y religiosas asesinados por odio de la fe han sido beatificados esta mañana en el Santuario de Notre-Dame de Santa Cruz en Orán.
“Su valiente testimonio es una fuente de esperanza para la comunidad católica argelina y una semilla de diálogo para toda la sociedad. Esta beatificación es para todos un incentivo para construir juntos un mundo de fraternidad y solidaridad”, ha dicho el Papa pidiendo un aplauso por todos ellos.
Antes de dirigir este cariñoso recuerdo a los mártires, Jorge Mario Bergoglio rezó el ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción. Haciendo referencia a la primera lectura de hoy, en la que Adán le dice no a Dios, y al Evangelio, en el que María dice sí, Francisco ha indicado que “aquí estoy” es una frase clave de la vida. “‘Aquí estoy disponible para el Señor’ es la cura para el egoísmo, es el antídoto para una vida insatisfecha, es la terapia para mantenerse joven por dentro”, ha mantenido. Por eso, “decirle aquí estoy es el mayor elogio que podemos ofrecerle. Sería bueno decir cada mañana: ‘Aquí estoy, Señor, hoy tu voluntad se cumplirá en mí'”.
El Papa ha continuado remarcando que María dice “ven por mí según tu palabra; no dice: de acuerdo a mí. No limita a Dios. No piensa: ‘Me dedico un poco a él y luego hago lo que quiero”. No, María vive confiando en Dios en todos los aspectos. Aquí está el secreto de la vida”. Porque “el Señor sufre cuando le respondemos como Adán: ‘Tengo miedo y estoy oculto'”. Y es que “Dios es el Padre, el padre más tierno, y desea la confianza de sus hijos”. “¿Cuántas veces sospechamos de Dios?”, se ha preguntado. Y ha contestado: “Creemos que puede enviarnos alguna prueba, privarnos de libertad, abandonarnos… Pero esto es un gran engaño”.
Al concluir el rezo, el Papa también ha tenido unas palabras para Acción Católica, puesto que en las parroquias italianas el día de la Inmaculada se celebra este movimiento. “Esta asociación ha sido un regalo y un recurso para el viaje de la Iglesia en Italia durante 150 años. Aliento a sus articulaciones diocesanas y parroquiales a comprometerse con la formación de laicos capaces de dar testimonio del Evangelio, convirtiéndose en una levadura de una sociedad más justa y solidaria”. Deseando a todos una buena fiesta y un buen viaje de Adviento “con la guía de la Virgen María”, el Papa ha pedido a los peregrinos que recen por él.