Vox se hará escuchar en el Parlamento de Andalucía. Y, si alcanza un pacto o acuerdo de gobierno con PP y Ciudadanos, lo hará también en el Gobierno andaluz. Los doce diputados logrados en las elecciones autonómicas del 2 de diciembre se han convertido en objeto de análisis, debate y hasta de manifestaciones ante la “irrupción de la ultraderecha”, como se le está describiendo. Con un discurso, ante todo, que quiere dar frenazo a la inmigración, todos los ojos se han posado en Almería, en concreto, en El Ejido, la localidad que mejor simboliza la imbricación de la inmigración marroquí y subsahariana en el tejido económico, sobre todo en el mar de plástico de los invernaderos. Allí, y también en el conjunto del Poniente almeriense, ha conseguido pasar del 0,24% (58 votos) en las elecciones de 2015 al 29,51% (7.377) en las del pasado domingo, convirtiéndose en el partido más votado.
“Aquí está la cuestión de los inmigrantes, sobre todo los que llegaron ilegalmente, y el apoyo a Vox creo que es, sobre todo, de quienes trabajan en el campo. Llega un momento en que la gente interpreta que son demasiados, sobre todo si no hay trabajo para todos”, examina desde Roquetas el hermano Juan Francisco López, de los Hermanos del Evangelio. “Es una reacción visceral –añade–, aunque puede haber más razones”.
Si el partido de Santiago Abascal ha superado todas las expectativas, en el Poniente almeriense parece que no ha sido tanta la sorpresa. “Los inmigrantes sin papeles son más propicios a ser contratados porque hay empresarios que les pagan muy poco y los explotan, y eso afecta no solo a la mano de obra de aquí, sino también a los propios inmigrantes que sí tienen todos los papeles, porque tampoco los contratan. Y si se mira para otro lado, como han hecho estos años el Gobierno central y la Junta de Andalucía, esto es lo que pasa”, afirma.
El párroco de Vícar, Antonio Manuel Hernández, analiza el efecto Vox en el Poniente almeriense, que valora como “una sorpresa” indudable: “Si la realidad es que el apoyo a Vox es contra la inmigración, me parecería triste, porque necesitamos la inmigración, y esta es una inmigración, además, que nos aporta solidez porque es una inmigración familiar”. No obstante, el sacerdote no cree que el rechazo a la inmigración sea la causa de este éxito electoral: “Si el mensaje de ser cortapisa de la inmigración fuera la razón por la que se ha votado a Vox, diría que sería motivo de preocupación, pero no creo que esa haya sido la causa”. Y prosigue: “Creo que ha sido, ante todo, un mensaje de descontento. Porque Almería tiene una particularidad, además de la inmigración, que es el no apoyo de la Junta al modelo agrícola almeriense”.
El párroco de Vícar, en donde Vox se ha colocado como la tercera fuerza política, aún así declara: “En cualquier caso, haya el color político que haya, en la Iglesia almeriense continuaremos haciendo nuestro trabajo. Nosotros sí tenemos conciencia social”. Además, Hernández constata que la población del Poniente almeriense tiene “una conciencia de acogida”, porque gran parte de la población española es originariamente emigrante.