“No podemos hablar de derechos humanos con una retórica cínica, que calla ante la desigualdad abismal de unos pocos ricos cada vez más ricos, y una multitud de pobres cada vez más pobres”. De esta manera lo expresa hoy, 10 de diciembre, el coordinador de Estudios y Documentación de Manos Unidas, Fidele Podga, con motivo del Día de los Derechos Humanos, que hoy celebra además los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Manos Unidas recuerda que la pobreza extrema, el hambre y las carencias básicas constituyen en sí una violación de los Derechos Humanos, y se originan en la inequidad en el acceso a los bienes, en el acaparamiento basado en la fuerza, en la explotación de unas personas por otras y unos países por otros. De hecho, denuncia que alrededor de 1.200 millones de personas en el mundo viven en pobreza extrema (con ingresos menores de 1,10 euros diarios) y 2.600 millones en pobreza relativa (con ingresos menores a 1,75 euros diarios).
“En este día tan especial Manos Unidas no quiere dejar de denunciar la situación de pobreza y hambre en la que viven millones de personas en el mundo y se fija, especialmente, en el incumplimiento del Derecho a la Alimentación”, denuncia la ONG de la Iglesia en un comunicado. Y es que “sin Derecho a la Alimentación, no es posible garantizar el resto de Derechos Humanos”, recalcan.
Según Podga, este derecho “tiene relación con el acceso a la tierra, el acceso al agua, a la semilla… pero también con unas estructuras democráticas de gobernanza que permitan al ciudadano exigir ese derecho ante las autoridades de sus países y de sus localidades natales”. Como reconoce la ONU, 821 millones de personas sufren hambre, unos 7,6 millones de niños menores de 5 años mueren cada año por causas fácilmente prevenibles y curables, 1.500 millones viven en casas sin las mínimas condiciones de habitabilidad, 663 millones no tiene acceso a agua potable, y 2.400 millones carecen de instalaciones sanitarias básicas.
Por otro lado, también hacen hincapié en que las personas analfabetas en el mundo son 781 millones, mientras que el 73% de la población mundial carece de una adecuada protección social ante el desempleo, la maternidad, la discapacidad o las lesiones en el trabajo; y el 72% de los trabajadores no perciben prestaciones por desempleo.
El coordinador del Departamento de Campañas de Manos Unidas, Marco Gordillo, afirma que “el problema fundamental del Derecho a la Alimentación es que nuestro sistema global de producción y consumo de alimentos los ha convertido en mercancía y mientras eso siga ocurriendo seguiremos excluyendo a mucha gente y produciendo además repercusiones medioambientales insostenibles”.
En el mismo sentido se pregunta Podga: “¿Derechos humanos? ¿Qué derechos para estas personas? 1.300 millones de seres humanos son pobres en todos los sentidos de la palabra: niños y niñas malnutridos; jóvenes desempleados; indígenas y campesinos expulsados de sus territorios; trabajadores mal retribuidos; marginados y hacinados urbanos, ancianos excluidos de la sociedad del progreso; y, sobre todo, mujeres”.