Francisco pide “que la Navidad nos haga reflexionar sobre la situación de migrantes y refugiados”

  • El Papa ha recibido en una audiencia a los músicos del concierto benéfico de Navidad del Vaticano
  • “Los artistas pueden alcanzar los aspectos más íntimos de la conciencia de hombres y mujeres de todas las edades”

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Francisco ha recibido hoy, a los promotores, organizadores y artistas del Concierto de Navidad en el Vaticano, que tendrá lugar mañana, sábado 15 de diciembre. Ha sido organizado por la Congregación para la Educación Católica, y sus ingresos serán donados a la Fundación Pontificia ‘Scholas Occurrentes’ y a la fundación salesiana ‘Misión Don Bosco’. Con proyectos en Irak y Uganda respectivamente, ambas instituciones llevan a cabo “un trabajo en red para la educación, cooperando en la transmisión del mensaje de esperanza para la Navidad”.

“La misión de la Iglesia siempre se ha manifestado a través de la creatividad y el genio de los artistas, porque ellos, con sus obras, pueden alcanzar los aspectos más íntimos de la conciencia de hombres y mujeres de todas las edades”, ha subrayado Bergoglio.

“La Navidad”, ha dicho el Papa, “se celebra hoy en todo el mundo”, manifestándose de acuerdo a “las costumbres y tradiciones más diversas, generando representaciones múltiples”. Una expresividad a la que los artistas contribuyen “con su talento y pasión”.

“Víctimas inocentes de la injusticia humana”

Si bien la Navidad “siempre invita a renacer en la fe”, Francisco ha hecho un llamamiento para que “este año”, de forma especial, se reflexione “sobre la situación de muchos hombres, mujeres y niños migrantes y refugiados”, que salen de sus países “huyendo de las guerras, las miserias causadas por la injusticia social y el cambio climático”, y recuerda que, para dejarlo todo, la persona ha de haber “sufrido una situación realmente grave”.

Bergoglio ha recordado a los presentes que, cuando “la violenta ira de Herodes golpeó el territorio de Belén, la Sagrada Familia de Nazaret experimentó la angustia de la persecución y, guiada por Dios, se refugió en Egipto”. Así, Jesús demuestra que “la mitad de los refugiados de hoy en el mundo son niños” y, por ello, “víctimas inocentes de la injusticia humana”.

Ante esto, la Iglesia “responde con muchas iniciativas de solidaridad, asistencia y hospitalidad”, si bien es cierto que “siempre hay mucho por hacer, mucho sufrimiento que calmar y muchos problemas por resolver”. Por este motivo Francisco ha subrayado la necesidad de crear “redes” que supongan un “mayor apoyo en la coordinación”, así como “acciones más organizadas, capaces de abarcar a cada persona, grupo y comunidad” de una forma “fraternal”.

Educación que garantiza la dignidad

Trabajar en red, significa, en primer lugar facilitar una educación a los niños que “en lugar de sentarse en el escritorio del colegio”, pasa sus días “haciendo largas marchas a pie o en vehículos improvisados y peligrosos”, ya que “ellos también necesitan capacitación para poder trabajar mañana y participar como ciudadanos conscientes del bien común”. “Al mismo tiempo”, ha continuado Bergolgio, debemos poner en práctica la “solidaridad para evitar que los migrantes y los refugiados encuentren indiferencia o, peor aún, impaciencia en su camino”.

“Trabajar en red con la educación” ha apostillado Francisco, significa “permitir que las personas puedan volver a ponerse de pie con toda dignidad, con la fuerza y ​​el coraje para enfrentar la vida y mejorar sus talentos”. Por otra parte, crear redes educativas es “una solución válida para abrir las puertas de los campamentos de refugiados, para permitir a los jóvenes migrantes ingresar a nuevas sociedades, encontrar solidaridad y generosidad”.

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