Parece que atrás quedaron los ánimos de la alianza de civilizaciones del Gobierno de Zapatero. Ahora son las comunidades islámicas de España las que han mostrado sus reparos a las propuestas legislativas que en materia educativa se van conociendo. Si hace unos días eran las entidades más vinculadas con las enseñanza concertada los que hablaban de “imposición” al referirse a las propuestas del Ministerio de Educación, ahora la Comisión Islámica de España (CIE) ha hecho llegar sus propuestas ante el borrador de la que empieza a llamarse ‘Ley Celaá’.
El presidente de la CIE, Riay Tatary, ha escrito al subsecretario de Educación y Formación Profesional, Fernando Gurrea, pidiendo, entre otras cosas que se permita a las alumnas llevar en el aula el hiyab (velo). En concreto, según ha informado Europa Press, pide que se “permita el acceso y escolarización, vistiendo prendas para la cobertura del cabello, ya sean fundadas en motivos de índole confesional o de tratamientos de salud, siempre y cuando el óvalo del rostro aparezca totalmente descubierto”.
Hasta ahora la ley no aterrizaba en una cuestión tan concreta como la del velo. Tras algunos casos aislados y no exentos de polémica, ya que los reglamentos propios de los centros si que prohibían directamente el cubrirse la cabeza, llegó en 2012 la primera sentencia sobre una joven de 16 años que lo llevó en 2010 en un Instituto de Pozuelo de Alarcón (Madrid). El juez argumentaba refiriéndose a la normativa del colegio y a la la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que señala que “la prohibición del velo islámico en el ámbito educativo no implica una vulneración del derecho a la libertad religiosa de los alumnos, siempre y cuando la prohibición esté prevista por la ley y sea necesaria en una sociedad democrática”.
Clase de religión y alimentación
No es la única propuesta. Los musulmanes españoles se suman a la crítica por los recortes que sufre la clase de religión –ya sea católica, evangélica, musulmana y judía–. Piden que en los decretos se especifiquen estas confesiones, que son las que tienen acuerdos muy similares firmados con el Estado y reclaman volver a las 70 horas anuales como mínimo para el Bachillerato, las 140 para los tres primeros cursos de ESO, 35 para 4º de ESO y 105 para los –ahora rescatados– tres ciclos de Educación Primaria.
Además, recuerdan una antigua petición referida a los comedores escolares en los que sugieren “en la medida de lo posible” que se pueda facilitar una dieta conforme a los preceptos religiosos como la comida halal para los musulmanes o kosher para los judíos.
