7 de 47. Vida Nueva ha publicado en este 2018, un total de 47 pliegos. Entre la actualidad, la columna vertebral de la revista ha reflexionado este año sobre documentos eclesiales, el pontificado de Francisco o figuras que no debemos olvidar. Entre aniversario y aniversario, también se han colado adelantos editoriales de los principales libros religiosos editados en España. Aquí, 7 pliegos para saborear esta Navidad (clica en las portadas para leer más).
Con su Pontificado, el Papa argentino no solo ha devuelto una sonrisa a la Iglesia cargada de ternura y misericordia, sino que ha supuesto una propuesta innovadora en el concepto de catolicidad, que ya no se pilota desde el centro, sino desde el Sur, desde la periferia. Bajo esta premisa, Eloy Bueno aborda la eclesiología misionera de Jorge Mario Bergoglio ahora que cumple cinco años en la sede de Pedro.
Dos años después de su publicación, la exhortación ha superado pruebas, resistencias y oposiciones dentro de la propia Iglesia. Y lo ha hecho a base de paciencia, verdad y bondad, que es lo que pide también Francisco para tratar con todas las familias. La alegría del amor es una llave que abre el siglo XXI a la Iglesia y viceversa
En marzo, Francisco firmaba la exhortación apostólica ‘Gaudete et exsultate’, un texto optimista y propositivo ‘Sobre la llamada a la santidad en el mundo actual’. Su contenido, de raíz evangélica pero adaptado a las evidencias de la vida ordinaria de hoy, no busca deslumbrar a los especialistas en Teología espiritual, sino edificar a todo el pueblo de Dios. Esta reflexión no pretende ser un comentario exhaustivo al documento pontificio ni, mucho menos, valorarlo desde los presupuestos académicos de dicha Teología espiritual. Su único objetivo es aproximarlo al lector y persuadirle de que merece la pena acercarse a él.
Cada vez son más las voces que, como el papa Francisco, entienden que el clericalismo ha hecho y sigue haciendo mucho daño a la Iglesia. Preocupado por esta situación que viene arrastrándose durante siglos, el autor trata de analizar las raíces históricas de un problema con múltiples aristas (celibato obligatorio, marginación de la mujer…) y sometido a las más diversas interpretaciones teológicas. Todo ello con el único propósito de vislumbrar un horizonte de futuro que vaya soltando lastre del pasado y abra nuevas vías a la luz de las grandes propuestas conciliares sobre el tema recogidas en la constitución ‘Lumen gentium’.
Cinco años después de su llegada a la sede de Pedro, nadie duda ya a estas alturas de cuáles son algunos de los ejes principales del pontificado de Francisco: la centralidad de los pobres, la reforma de la Curia, la apuesta por un gobierno colegial… A este impulso renovador, sin embargo, no le están faltando importantes resistencias en el seno de la propia Iglesia por parte de una minoría beligerante y con cierta capacidad para bloquear posibles decisiones sinodales. Nada que el Papa argentino no pueda superar con el axioma que preside desde el principio su proyecto de renovación: la misericordia, pilar de esa “conversión espiritual” sobre la que se sustenta la llamada “conversión pastoral”.
El 1 de octubre se cumplieron 50 años de la muerte del sacerdote, filósofo y teólogo italo-germano Romano Guardini, “un pensador que –en palabras del papa Francisco– tiene mucho que decir a los hombres de nuestro tiempo, y no solo a los cristianos”. Sobre sus magistrales intuiciones construyeron sus grandes síntesis personales y proyectos eclesiales apellidos de la talla de Rahner, Von Balthasar y Ratzinger. Que su consagración a la búsqueda de la verdad sobre Dios y sobre la vida humana, como gran legado suyo para la Iglesia posconciliar, inspire también el cristianismo de este siglo XXI y constituya el impulso decisivo a su causa de beatificación.
El domingo 18 de noviembre se celebró la II Jornada Mundial de los Pobres, “los primeros capacitados para reconocer la presencia de Dios y dar testimonio de su proximidad en sus vidas”, como reconoce el papa Francisco en su mensaje. Sin embargo, en el peregrinar diario de la Iglesia, no siempre ocupan el centro de nuestras comunidades. ¿Quiénes son? ¿Qué hacemos con ellos a nivel pastoral? ¿Su evangelización constituye hoy una prioridad como lo fue para Jesús?… De la respuesta a estas y otras preguntas depende que esa Iglesia ‘para’ los pobres deseada por Bergoglio al inicio de su pontificado sea también una Iglesia ‘de’ los pobres.