Estos días de Navidad, si hay un villancico que se repite en millones de hogares de todo el mundo, en hasta 300 lenguas y dialectos, es ‘Noche de Paz, Noche de Amor’. Tan universal que parece eterno, aunque “solo” cumple 200 años.
De hecho, ahora se celebra el bicentenario de una composición que vio la luz en Austria, cuando la interpretara por primera vez el sacerdote Joseph Mohr, creador de su letra, siendo el compositor Franz Xaver Gruber. Fue un 24 de diciembre de 1818, Nochebuena, en una pequeña iglesia de la localidad de Oberndorf, cerca de Salzburgo.
Patrimonio Cultural por la UNESCO
Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, el villancico será conmemorado por Austria durante estas navidades con el máximo lustre, celebrándose más de 600 actos y proyectos, entre exposiciones, conciertos, coloquios, libros, películas u obras de teatro.
Todos los expertos que han estudiado el villancico coinciden en señalar que la clave de su éxito popular, sobre todo entre las clases más populares, fue su entrañable modo de recoger ese anhelo de paz en una Europa, la de inicios del siglo XIX, convulsionada por todo tipo de conflictos.
Hoy, 200 años después de ser interpretada por primera vez por un sencillo sacerdote en una localidad austriaca, su utopía resuena, si cabe, con más fuerza.