El de 2018 será recordado como el año en el que más se visibilizó en la opinión pública, pero también entre los fieles, el impacto causado por los abusos sexuales en la Iglesia. Así por ejemplo, en Chile, casi un año después de la visita del papa Francisco en enero pasado, que hizo explotar la crisis de la Iglesia católica local por los escándalos de pederastia, una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) muestra el desplome de la confianza de los chilenos hacia las Iglesias y organizaciones religiosas, como recoge el portal informativo noticias&protagonistas: apenas uno de cada 10 chilenos afirma tenerles confianza (bajó de un 51% a un 13% en dos décadas).
Si en 1998 un 73% de los chilenos se declaraba católico, la cifra cayó al 55% en la actualidad. “Esta pérdida de confianza en un país de fuerte tradición católica, ha ido en paralelo al destape de casos de abusos contra menores. En el transcurso de 2018, el Papa ha llevado a cabo una histórica limpieza de la jerarquía local –ha aceptado la renuncia de siete obispos– y la Fiscalía día a día abre nuevas causas en todo el país”, señala esa publicación, que añade que en la actualidad, el Ministerio Público tramita al menos 124 casos, con 222 víctimas y 178 investigados, de los que 105 son sacerdotes y ocho son obispos.
Por otra parte, este jueves 27 de diciembre, una de las víctimas del exsacerdote Fernando Karadima, Juan Carlos Cruz, declara en Rancagua por denuncias de encubrimiento contra de los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati. Según informa biobiochile, “laicos y expertos en la Iglesia esperan que el actual arzobispo de Santiago sea removido antes del Año Nuevo”.
Lo acaba de certificar una encuesta de Gallup: solo el 37% de los entrevistados mantienen una opinión “muy alta” o “alta” de la honestidad y los estándares éticos de los sacerdotes, la calificación “más baja que Gallup ha registrado para el clero desde que comenzó a examinar las opiniones sobre los estándares éticos de los líderes religiosos en 1977”, según señala HuffPost.
Pero, junto con la crisis causada por los casos de pederastia, habría otra razón para fundamentar esta pérdida de confianza. Así, según Stephen Prothero, profesor de religiones estadounidenses en la Universidad de Boston, le señaló al HuffPost, “el creciente enredo de protestantes evangélicos y líderes evangélicos con el Partido Republicano ha llevado a muchos a ver al cristianismo como un movimiento político de derecha ‘más preocupado por lograr que personas como el presidente [Donald] Trump sean elegidas que en salvar almas’”.
“La abrumadora mayoría del clero estadounidense no son ni depredadores sexuales ni políticos de derecha. Pero este es uno de esos casos de muchas manzanas podridas que arruinan a todo el grupo”, según señaló el experto.
Tampoco vive un buen momento el cristianismo en España, como ya apuntó Vida Nueva, radiografiado por el CIS. Ahora, los datos vienen del Pew Research Center y los ha interpretado El País para afirmar que “España es el tercer país con un mayor abandono del cristianismo en Europa”.
“Hoy –señala este diario–, el país presenta un enorme salto estadístico entre quienes fueron educados como cristianos (un 92%) y los que se consideran cristianos ahora (un 66%). Una diferencia de más de 12 millones de personas, la mayor de Europa en términos absolutos. En proporción al número de habitantes de cada país, la caída en España es la más marcada después de las de Noruega y Bélgica”.
Pero frente a esta tendencia en países de la Europa occidental, las diferencias entre quienes eran creyentes antes y lo son ahora en los países de la Europa oriental “permanecen iguales o, incluso, se invierte la tendencia”, de tal manera que “abundan más quienes se reconocen cristianos de adultos que quienes lo fueron de pequeños”, lo que dibujaría “una especie de telón de acero religioso”.