El arzobispo emérito de Mérida Badajoz, Santiago García Aracil, falleció ayer, 28 de diciembre, a los 78 años de edad en el Hospital Clínico de Valencia a causa de un infarto. En 2004 fue nombrado por Juan Pablo II arzobispo de Mérida-Badajoz, donde permaneció hasta su renuncia el 21 de mayo de 2015.
Después de su renuncia al cargo, regresó en diversas ocasiones a la archidiócesis de la que fue titular. La última de ellas fue el pasado 6 de octubre para la toma de posesión de Manuel Ruiz Durán y Andrés Fernández Llera como canónigos del Cabildo Metropolitano de Badajoz. También estuvo presente en la ordenación episcopal de José María Gil Tamayo y su toma de posesión como obispo de Ávila.
Durante cuatro años ejerció como obispo auxiliar de Valencia, para más tarde ser nombrado obispo de Jaén. En la Conferencia Episcopal Española (CEE) fue miembro de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social desde 2014, y fue presidente de la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural hasta 2005, así como de la Comisión de Pastoral Social hasta 2014.
Muy ligado a la Pastoral Universitaria
Licenciado en Teología por la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia, cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Metropolitano de Valencia. Recibió la ordenación sacerdotal en 1963 y fue párroco de las localidades alicantinas de Penáguila y Benifallim.
García Aracil ejerció durante 18 años como consiliario diocesano de la Juventud Estudiante Católica, además de como Maestro de Capilla del Seminario Corpus Christi de Valencia. Por otra parte, durante 12 años fue delegado diocesano de Pastoral Universitaria, además de ser un importante promotor del Centro de Estudios Universitarios San Pablo (CEU) de Valencia.