España

Taizé se estrena en Madrid: “La hospitalidad nos acerca”

  • En la primera meditación del encuentro europeo organizado por la comunidad monástica en Madrid, el hermano Alois anima a los jóvenes a “acogernos mutuamente y aceptar los límites míos y de los demás”
  • “Las nuevas generaciones pueden preparar para la humanidad un futuro marcado por la cooperación y no por la competición”, confía el prior





“Solo la fe nos alumbra, solo la fe nos alumbra…”. El silencio se rompe únicamente por el canto en el pabellón 4 de Ifema, con el ‘skyline’ y el ‘Solo Dios basta’ de Teresa de Jesús como telón de fondo. El Encuentro Europeo de Jóvenes de Taizé es una realidad en Madrid. Por primera vez en más de cuarenta años la capital española acoge la cita organizada por la comunidad monástica fundada por el hermano Roger. Y lo hizo con un lleno absoluto en la oración de bienvenida de la tarde del viernes, presidida por el prior de la orden, el hermano Alois, acompañado del cardenal arzobispo Carlos Osoro, que bendijo a cuantos se acercaron a él durante esta primera vigilia.

“La hospitalidad nos acerca, más allá de las diferencias e incluso de las divisiones que existen”. Este fue el eje de la meditación de apertura, que el hermano Alois quiere que sea el eje de todas las propuestas que se lanzarán desde Taizé para el próximo 2019. Consciente de que “la hospitalidad no borra las divisiones” existentes entre los cristianos, las religiones o los pueblos, el prior subrayó que sí es capaz de mirarla “bajo otra luz: nos hace capaces de escucha y de diálogo”.

Así, tras escuchar el relato bíblico de la creación, el hermano Alois recordó que “Dios siempre nos acoge primero”. Desde ahí, invitó a los más de 13.000 jóvenes presentes a “practicar la hospitalidad” en tanto que “reside en la convicción de que nuestra propia vida es un don que hemos recibido”. Desde ahí, les explicó que “acogernos mutuamente supone entonces aceptar los límites, los míos y los de los demás”. “Mi propia identidad se construye a través de mis relaciones con los demás”, les advirtió.

Ni un reproche a los jóvenes. Ni a los que están ni a los ausentes. Más bien, lo contrario. Echando mano de los últimos encuentros organizados por Taizé, el prior remarcó cómo su presencia son “signos de esperanza” en tanto que estas nuevas generaciones “pueden preparar para la humanidad un futuro marcado por la cooperación y no por la competición”.

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