“No somos una organización religiosa, solo una congregación religiosa que busca acompañar a las personas”. Con estas palabras se presentaba esta tarde el hermano Alois, prior de la comunidad ecuménica de Taizé, ante los medios presentes en la rueda de prensa convocada con motivo del Encuentro Europeo de Jóvenes que acoge Madrid y que congregará hasta el 1 de enero a más de 15.000 jóvenes de todo el continente.
“La Iglesia tiene la responsabilidad y la posibilidad de crear vínculos entre las naciones”, alentó el religioso al dar a conocer que Breslavia ha sido la ciudad polaca elegida para acoger esta cita en 2019. A partir de ahí, llamó a la unidad “de todas las ramas del cristianismo: católicos, ortodoxos, protestantes…” que se ha hecho visible a través de este foro de fraternidad y oración.
“La acogida de Madrid ha sido maravillosa, tanto de las parroquias como de las comunidades religiosas. Las oraciones de la mañana han sido fundamentales para dar sentido al encuentro, porque se han realizado precisamente en las parroquias, el corazón de la comunidad”, valoró Alois sobre la organización de la cita.
Así, elogió la disponibilidad del cardenal Carlos Osoro como anfitrión, llegando a afirmar que “para nosotros es una bendición del Señor, con un corazón abierto y una gran fortaleza”. De la misma manera reconoció la colaboración de la alcaldesa Manuela Carmena: “Las autoridades han colaborado mucho para facilitar toda la organización y hemos recibido una gran colaboración por su parte”.
Preguntado por Vida Nueva, sobre la posibilidad de que el papa Francisco viaje a Taizé como lo hiciera Juan Pablo II, lo resolvió con humor y diplomacia: “Preguntémosle al Espiritu Santo”.
“Para mí estos días han sido una experiencia muy cercana de la presencia de nuestro Señor en medio de su Iglesia”, expresó el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro: “He podido rezar el Padrenuestro experimentando con más hondura lo que yo siempre he querido: este mundo puede vivir en paz, en fraternidad y aspirar a que unos y otros siendo distintos, podemos vivir la complementariedad”. Osoro se mostró convencido de que “los seres humanos estamos para pastorearnos los unos a los otros. Si eso es posible es porque los cristianos decimos ‘Padre nuestro’”.
“He experimentado que jóvenes venidos de toda Europa con distintos idiomas, culturas, países, confesiones cristianas… han encontrado una forma de entenderse: el lenguaje del corazón”, confesó el pastor de la capital española. “Cuando nos hemos reunido todas las noches a rezar en idiomas distintos, había un entendimiento común, cantando al unísono desde lo más profundo del corazón”, reiteró.
Además, lanzó un desafío para la opinión pública: “Necesitamos atrevimiento para que sintamos al de al lado como un hermano mío, aunque no estemos de acuerdo con él”. En esta misma línea evocó a Juan Pablo II para lanzar un “Europa, vuelve a ser tú misma”. “Este encuentro de jóvenes es una profecía de lo que tenemos que vivir. Lo que nos han demostrado los jóvenes es reflejo de que podemos vivir unidos y de que podemos tener un proyecto común”, comentó.
Desde su experiencia personal, Osoro confesó haber vivido un proceso de conversión gracias a este encuentro de Taizé: “Estos días han hecho que mi corazón se abra más y crecer en hospitalidad: acoger al otro como es y no como me gustaría que fuese para juntos, tener metas comunes. Agradezco a los hermanos concedernos esta gracia a Madrid y a toda Europa”.
“Nuestra peregrinación de la confianza no termina aquí, sino que continúa a lo largo del año que viene”, comentó el hermano Alois, al profundizar en el hecho de que Breslavia acogerá el encuentro europeo de la próxima Navidad, ciudad que ya ha celebrado este foro en otras dos ocasiones. En el calendario de la comunidad ecuménica también figura un congreso de jóvenes en Beirut en marzo y otro en Ciudad El Cabo en septiembre.
“La construcción de Eurocopa pasa por dificultad y crece la tensión entre las potencias”, reflexionó el religioso que apuntó cómo la nueva cita en Polonia puede “ser de gran importancia, porque significa que los jóvenes de distintos sitios pueden hablarse, escucharse y comprenderse, más allá de las fronteras”. En esta misma línea se manifestó el obispo auxiliar de Breslavia, Andrzej Siemieniewski, que señaló que “hay que construir la Unión de Europa cada día, a través de la unidad de los ciudadanos, la unidad de los cristianos y de la unidad de los países”.
En concreto, expuso como el principal desafío para su país es “crear fraternidad entre quienes son diferentes”. Desde Madrid, hizo un llamamiento a los jóvenes polacos para que “redescubran el sentido de la comunidad, que descubran a su Iglesia, que abran sus comunidades, sus parroquias y sus familias a la fraternidad.