Al anunciar este cambio, Ramos se destacó la importancia de ese encuentro y explicó que el obispo castrense y presidente de la CECH, Santiago Silva, le pidió asistir en su reemplazo “para evitar que el foco se vaya a otro tipo de análisis o comentarios que puedan estar vinculados a la figura del mismo presidente”.
Obispo imputado
Silva es uno de los 8 obispos indagados, en Chile, por abusos o encubrimientos y fue citado a declarar en calidad de imputado, a fines de octubre pasado, ante el Fiscal que lleva estos casos en todo el país y que ha ordenado allanamientos e incautaciones en varios obispados. Durante casi seis horas el obispo castrense fue interrogado por abusos cometidos por un ex capellán de la Fuerza Aérea, caso en el que podría tener responsabilidad como funcionario público por su pertenencia a las Fuerzas Armadas y también debió responder otras indagaciones sobre acusaciones mientras fue obispo auxiliar de Valparaíso.
En noviembre pasado, durante su asamblea plenaria, los obispos ratificaron la participación de Silva en la reunión en el Vaticano, a pesar de su reciente declaración como imputado en temas de abusos. Ramos explicó que esa decisión se basó en el principio “de la presunción de inocencia”. “Los únicos que están llamados a declarar la inocencia o culpabilidad de cualquier persona, expresó Ramos al término de esa asamblea, son los tribunales de justicia”.
Comentarios críticos
Para el vocero de la organización de laicos y laicas de Osorno, Mario Vargas, la decisión de no viajar a Roma del obispo Silva “nos deja tranquilos y contentos”, pero agregó que hubiesen preferido otro representante “no el obispo Ramos con el cual tuvimos muchas diferencias y quien no nos merece la confianza suficiente, debido al mal recibimiento que tuvimos de parte de él el año pasado, cuando le expusimos la situación de Osorno”, afirmó aludiendo al caso de Juan Barros. “Creemos que no es la persona idónea para ir, pero no hay de donde sacar aquí en Chile a quien pueda representarnos mejor”.
Por su parte, Juan Carlos Cruz, víctima de Fernando Karadima y uno de los invitados a quienes escuchó el Papa Francisco en el Vaticano, se refirió con expresiones duras a Ramos: “es un hombre que por un lado dice una cosa y por el otro hace otra, es un verdadero hipócrita. Personas como Fernando Ramos son las que no tienen que ir”, precisando que “es como estos envalentonaditos, un hombre tremendamente soberbio que obviamente quiere ir y estar ahí, pero tiene cero empatía con las víctimas”.
El historiador Marcial Sánchez dijo al diario La Tercera: “era bastante mal visto que Chile mandara a un presidente que podría estar involucrado en este tipo de situaciones que están siendo investigadas”, aunque cree que el cambio de representante no aminora los cuestionamientos a la Iglesia católica chilena. “Da lo mismo (quién vaya), porque hoy día la Conferencia Episcopal chilena está absolutamente quebrada (su imagen), es una Conferencia Episcopal que está reconstituyéndose”, concluyó Sánchez.