El hermano Alois realizó en la tarde de ayer un encargo directo a los más de 15.000 jóvenes que abarrotaban el pabellón 4 de Ifema, en la oración más multitudinarias de las celebradas en estos días en Madrid con motivo del Encuentro Europeo de Taizé. “Los cristianos pueden promover una globalización con rostro humano”, les encomendó el prior de la comunidad ecuménica, que instó a los creyentes a asumirlo como “una responsabilidad que les incumbe especialmente”.
Para este desafío, el religioso instó a los presentes a aterrizar en lo concreto, o lo que es lo mismo, a que las comunidades locales se abran “hacia los que son diferentes, los más pobres cerca de nosotros, los migrantes, los cristianos de otras confesiones, los creyentes de otras religiones, aquellos que no pueden creer”.
Al hermano Alois, no solo le acompañó una multitud de jóvenes, sino que estuvo respaldado por representantes de diferentes confesiones cristianas, así como una amplia representación del Episcopado español. Junto al anfitrión Carlos Osoro y al nuncio Renzo Fratini, se encontraban el presidente y secretario general de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez y Luis Argüello, y el arzobispo castrense Juan del Río. También participaron del rezo vespertino, entre otros, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz; el obispo de Teruel, Antonio Gómez Cantero, y el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla.
La escucha
“La atención a las solidaridades humanas es inseparable de la vida interior”, recordó el hermano Alois que invitó a los jóvenes tanto a fortalecer la oración como a “acercarnos a los que son diferentes” desde la escucha. A renglón seguido, se preguntó: “¿Nuestros diálogos, tanto en la sociedad como en la Iglesia, no se resienten acaso por la falta de escucha?”. Al hilo de esta cuestión recordó que fue precisamente la escucha la principal demanda de los jóvenes durante el Sínodo del pasado mes de octubre.
El hermano Alois es consciente de que “algunos se ven amenazados por el desánimo y la desilusión” en el mundo de hoy, por lo que presentó el encuentro de estos días como un tiempo para “alentarnos a mirar hacia el futuro con esperanza”.
“Una sociedad no puede sobrevivir si no existe confianza entre las personas que la constituyen”, señaló el religioso que presentó a la Iglesia como “un lugar que permita que crezca la confianza”. Desde ahí, definió la comunión no como una utopía, sino como una experiencia “real”.
Próximo encuentro en Polonia
Al finalizar su meditación, el prior de la comunidad ecuménica anunció que el próximo encuentro europeo se celebrará en Polonia, lo que provocó una sonora ovación en el pabellón de Ifema, en tanto que los polacos representan el mayor número de peregrinos de cuantos países han participado en la cita madrileña.
Por su parte, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en su reflexión convocó a los participantes del encuentro de jóvenes a contagiar la alegría de la que denominó “peregrinación de la confianza”. “Tengamos un corazón grande para compartir las propias riquezas espirituales, intelectuales y materiales, y pongámoslas en acto en esta peregrinación de confianza”, animó Osoro.
“Europa necesita jóvenes que arriesguen la vida por Cristo y en nombre de Cristo, con esa arma que destruye lo que nos separa, todo egoísmo y toda incapacidad para reconocer que el otro es mi hermano”, sentenció. Por eso, en la línea marcada con el Papa, les hizo un llamamiento: “Salgamos de nosotros mismos y caminemos por todas las periferias para encontrarnos con todos”.