El Obispado de Teruel y Albarracín cuenta con una nueva capilla, que nace como una iniciativa enmarcada para aterrizar el lema elegido que guía el día a día de la diócesis aragonesa a lo largo de este año: ‘Somos comunidad orante’.
Se trata de un espacio de líneas simples y minimalista que ha sido ideado por el propio obispo diocesano, Antonio Gómez Cantero. Sin embargo, el prelado ha ido más allá y, según ha podido confirmar Vida Nueva, él mismo ha creado con sus manos el altar que preside el espacio, elaborado a partir de las celosías de un coro de las clarisas de Báguena.
Lugar de tranquilidad
“Hemos habilitado un pequeño cuarto del edificio al final de los despachos como un lugar de tranquilidad”, explica Gómez Cantero sobre este oratorio que cuenta con un pequeño ábside en el que se sitúa la copia de un Cristo románico del siglo XII.
A su derecha se sitúa el lienzo de una Virgen y a la izquierda, un sagrario del siglo XVIII que perteneció a las capuchinas de Albarracín. “Los colores y las telas buscan que uno pueda estar en paz y orar en profundidad”, subraya el obispo sobre el recién estrenado oratorio.
Sobre el altar, Gómez Cantero relata cómo, a partir de unas piezas de madera de algo más de un siglo, “se ha intentado que no pese mucho el espacio, sino que sea liviano, donde se pueda poner la palabra de Dios y celebrar la eucaristía”.