Gustavo Zanchetta, obispo de Orán (Argentina) y que en la actualidad se encontraba desempeñando un cargo en la Santa Sede, está “bajo investigación por presuntos abusos sexuales y de poder”. Así ha informado a los medios hoy, 4 de enero, Alessandro Gisotti, director de la Oficina de Prensa del Vaticano, a lo que ha añadido que las acusaciones contra Zanchetta señalan que los abusos habrían sido cometidos cuando se encontraba a la cabeza de su diócesis.
Zanchetta fue obispo de Orán entre 2013 y 2017, momento en el que presentó su renuncia ante el papa Francisco alegando “un problema de salud” que no le permitía “llevar plenamente el ministerio pastoral” que le fue confiado.
En noviembre de 2017, “en consideración a su capacidad de gestión administrativa”, Zanchetta fue nombrado asesor de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica (APSA), si bien “este encargo no prevé ninguna responsabilidad de gobierno” en dicho dicasterio.
Gisotti ha subrayado, además, que “las acusaciones contra Zanchetta surgieron en los meses recientes, casi un año después de que el Papa lo nombrase para un puesto en el Vaticano”. De la misma manera, ha precisado que “mientras dure la investigación preliminar”, el prelado “se abstendrá” de su trabajo en la Santa Sede.
“La situación actual de los casi 500 refugiados en la isla de Manus, que acoge a los solicitantes de asilo rechazados por Australia, nos causa un gran sufrimiento”, ha declarado a la Agencia Fides el salesiano Ambrose Pereira, secretario de comunicaciones sociales de la Conferencia Episcopal de Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón.
Retenidos en la isla, los refugiados que llegan a Manus “han estado lejos de sus familias durante años y la mayoría de ellas sobreviven gracias a medicamentos, en su mayoría antidepresivos y ansiolíticos”. “Los refugiados están esperando que los corazones de los que están en el poder se ablanden”, ha dicho.
“Esta no es forma de tratar a los seres humanos: es un abuso y una negligencia”, ha sentenciado Pereira, a lo que ha añadido que la solución se encuentra en “darles libertad y reducir los daños causados por el estrés, los traumas, el hacinamiento y la desnutrición durante la detención”.
Abdel Fattah al-Sisi, presidente de Egipto, estará presente en la liturgia de la vigilia de la Navidad copta que se celebrará el próximo 6 de enero en la nueva catedral dedicada a la Natividad de Jesús. La celebración estará presidida por el patriarca Tawadros II, y será la quinta vez que al-Sisi participa en ella, si bien sería la primera vez que se lleva a cabo con la catedral terminada.
Al-Sisi es el primer presidente egipcio en participar de forma activa en las solemnidades litúrgicas coptas. Y es que desde el inicio de su mandato ha llevado a cabo una estrategia que define como “un proyecto político que define el componente copto como un elemento no marginal de la identidad egipcia”.
La catedral, situada en la que pretende ser la nueva capital administrativa del país, a 45 kilómetros de El Cairo, representa según el líder egipcio “un mensaje para Egipto y para todo el mundo” de solidaridad con el pueblo copto.