Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo prelado de Cancún-Chetumal, llamó a vivir el nacimiento de Jesús como lo hicieron los Reyes Magos: “creyeron en Él y, postrándose, lo adoraron y le ofrecieron sus dones de oro, incienso y mirra. Entonces sus corazones se llenaron de inmensa alegría”.
En su mensaje dominical, pidió no dejarse llevar por la egolatría, que termina por eliminar a Dios, sino tener la fe de los Magos de Oriente para descubrirlo en los signos, vencer las dificultades del camino, y entrar hasta su casa, adorarlo y ofrecerle nuestros dones.
Este 6 de enero, en algunos países de tradición cristiana se recuerda a los Reyes Magos, de quienes el Evangelio afirma… “seguían una estrella que a veces se desaparecía y a pesar de la poca información que tenían sobre el rey de los judíos, lo buscan con fe y con buenas intenciones, porque querían adorarlo y ofrecerles sus regalos de oro, incienso y mirra”.
El Obispo Prelado afirmó que ante el verdadero Dios, el hombre debe dejar a los falsos dioses, “cuando nace el verdadero rey debemos dejar a los falsos reyes. Cuando Juan el Bautista supo que sus discípulos se iban con Jesús, dijo: es necesario que Él crezca y yo disminuya, si no nos vaciamos de nosotros mismos no nos podemos llenar de Él”.
Añadió que los cristianos pueden vivir el nacimiento del nuevo rey como los Reyes Magos o como Herodes y los doctores, “unos sabían todo, pero no se movieron, estaban cerca, pero les dio pereza entrar en la casa, eran de la misma raza, pero no lo reconocieron”.
En cambio –dijo- “los magos venían de muy lejos, pero entraron dentro de la casa, eran extraños y de otra raza, pero lo reconocieron como lo que era en realidad, sabían muy poco sobre Él, pero lo vieron con su madre, lo adoraron y le ofrecieron sus dones. Qué gran tristeza para Herodes y los doctores. Que gran alegría para los magos de Oriente”.
Detalló que cuando los reyes Magos preguntaron al rey Herodes, ‘¿dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?’, se sobresaltó con él toda la ciudad de Jerusalén. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: y tu Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel”.
Herodes y los doctores –explicó- tenían toda la información sobre el nuevo rey y estaban muy cercanos al lugar de su nacimiento pero como les dijo Juan el Bautista: en medio de ustedes hay uno al que ustedes no conocen. “Para reconocer a Jesús, se necesita caminar en la verdad y ser humildes”.
Finalmente, asegura que “cuando nos dejamos llevar por la soberbia y el egoísmo nos hacemos ídolos de nosotros mismos y caemos en la egolatría, cuando hacemos ídolos del ego de la fama, del dinero, del placer, rechazamos a Cristo. Cuando le preguntaron a Herodes que dónde estaba el rey, él pensaría que en este reino no había más rey que él, por eso intenta eliminar al nuevo rey, vio amenazado su reino y se atrevió a asesinar a los niños inocentes de dos años para abajo, para asegurarse de la muerte del nuevo rey”.