El Ayuntamiento de Roma rectifica y no retirará a Cáritas las monedas recogidas de la Fontana di Trevi. “Garantizo, yo, en primera persona, que no se le restará una sola contribución de esta administración. Confirmo que las monedas seguirán a disposición de las actividades caritativas del ente diocesano”, explicó a L’Osservatore Romano la alcaldesa, Virginia Raggi, tras la polémica de la que se han hecho eco los medios de todo el mundo.
La realidad es que el pasado 12 de enero, Avvenire –el diario de la Conferencia Episcopal Italiana– publicó que desde el consistorio se había informado a Cáritas que ellos serían quienes gestionarían el montante que depositan los turistas tras pedir su deseo. En concreto, en 2018 se recaudaron más de 1,5 millones de euros.
La alcaldesa abrió en octubre de 2017 un proceso de reflexión sobre el destino del dinero recaudado y llegó a la conclusión de que debería ser el municipio quien se encargara de esa gestión. Ante la polémica desatada, el ayuntamiento aplazó la decisión hasta finales de 2018. Finalizada la prórroga, anunció que a partir del 1 de abril será una empresa municipal la que se encargue de la administración de ese dinero.
Raggi ha dicho que todo ha sido un malentendido. Y es que “Cáritas desempeña un papel importante para muchos necesitados y para la ciudad de Roma, que desea continuar siendo la capital de la hospitalidad para los más necesitados”, admitió.
El dinero de los pobres
Tras la denuncia, en la que el periódico de la Iglesia criticaba el ‘robo’ del “dinero de los pobres”, Raggi convocó ayer, 14 de enero, una reunión para estudiar la ordenanza. Al final, según explicó en declaraciones a L’Osservatore, “nunca se ha planteado la posibilidad de privar a Cáritas de estos recursos”. Asimismo, la alcaldesa le dijo al periódico del Vaticano que Cáritas se beneficiaría no solo de las monedas que tiran los turistas en la Fontana di Trevi, sino también de las monedas lanzadas en cualquiera de las fuentes de la ciudad.
Raggi ha dicho que todo ha sido un malentendido. Y que, como la ciudad debe garantizar la transparencia económica, en lugar de que los voluntarios de Cáritas clasifiquen y cuenten las monedas, lo hará una empresa municipal. Y es que “Cáritas desempeña un papel importante para muchos necesitados y para la ciudad de Roma, que desea continuar siendo la capital de la hospitalidad para los más necesitados”.
Como relataba ayer Vida Nueva, el ayuntamiento había previsto destinar este dinero a la conservación del patrimonio municipal y a otros fines de interés social y cultural retirando este aporte del que disfrutaba la entidad de la Iglesia de 2001 para poder acoger a los pobres de la capital de Italia. Lo que cambiará a partir de ahora es que la empresa municipal será quien elabore las tareas de clasificación y limpieza a cambio de una cantidad que descontarán de los fondos que vayan a Cáritas, dijo Raggi al diario del Vaticano.
La realidad es que esos 1,5 millones de euros representan el 15% de los ingresos anuales de la Cáritas diocesana. Por eso, retirar esta aportación “obligaría a reducir o cerrar muchos servicios para los más pobres, con previsibles repercusiones sobre el clima social de la ciudad”, alertó Cáritas.