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Rob Dreher: “Hoy, en nombre de la libertad, incluso negamos nuestra biología como hombres y mujeres”

  • El autor de ‘La opción benedictina’ presentó el libro en la Universidad CEU San Pablo junto al prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera
  • “El hombre moderno ya no es un peregrino que camina con un significado, sino un turista que viaja donde sus caprichos le lleven”





“Hay quienes me han acusado de ser apocalíptico en mi obra”, señaló Rob Dreher durante la presentación de su libro ‘La opción benedictina. Una estrategia para los cristianos en una sociedad postcristiana’ (Ediciones Encuentro), celebrada ayer, 15 de enero en la sede de la Universidad CEU San Pablo de Madrid.

El autor de esta obra, que ha sido definida por The New York Times como “el libro religioso más discutido e importante de la década”, declara que, si bien sabe que no es optimista, sí tiene “esperanza”. “No sé si es el final del mundo, pero sí que es el final de un mundo”, aseguró, ya que considera que “estamos pasando por la peor crisis desde la caída del Imperio romano” y que está provocando “la caída de los cimientos de occidente, así como los de la Iglesia”.

Según Dreher, “estamos atravesando una crisis de significado” en la que “muchas personas han dejado de creer que la vida tiene un propósito”. Pero no es la única. “Existe también una crisis de la verdad en la que hemos perdido la capacidad de discernir, así como una crisis de identidad que nos ha separado de quienes somos, de nuestros lugares”, explicó, añadiendo que hoy, “en nombre de la libertad, incluso negamos nuestra biología como hombres y mujeres”.

“Estamos perdiendo nuestras culturas locales”

Apoyándose en la definición de “modernidad líquida” de Zygmunt Bauman, Dreher subrayó que “actualmente todo cambia tan rápidamente que es imposible crear una estabilidad”, lo que ha hecho que el hombre moderno “ya no sea un peregrino que camina con un significado, sino un turista que viaja donde sus caprichos le lleven”.

“A veces los cristianos parece que estamos más ocupados en oponernos a la izquierda que de atender a nuestra fe”, olvidando que “deberíamos atender al hecho de que estamos perdiendo nuestras culturas locales”, como consecuencia de “fenómenos como la inmigración en Europa, que es una pesadilla”. “La lucha política es importante, pero aun más importante es la lucha de las comunidades por conservar la fe”, aclaró.

Crear comunidades

Santiago Cantera, prior de la basílica del Valle de los Caídos y uno de los conductores de la presentación, considera que el valor del libro de Dreher radica en que “obliga a reflexionar a aquel que lo lee y que lleva al debate, a crear comunidad y espíritu de comunidad”. 

“Tengo la sensación de que quien critica este libro no lo ha leído o, al menos, no ha profundizado en él”, dijo Cantera, ya que en ningún momento su autor “propone vivir en comunidades separadas”, como se le ha criticado, sino “crear comunidades que aspiren a revertir el proceso de separación de la sociedad contemporánea”. De hecho, el prior del Valle de los Caídos rechaza “crear familias o comunidades totalmente cerradas”, que pueden resultar “contraproducentes”.

“El libro llama a la reflexión por la exposición que realiza de la situación crítica actual de la sociedad estadounidense, y que por la globalización se extiende a otros países del mundo”, indicó. Y es que, para Cantera, “la idea de que todo se está hundiendo es más realista que pesimista”, ya que el mundo “sucumbe en la expresión de sus fundamentos”. Por todo esto, Cantera, en consonancia con Dreher, propone “recuperar la esencia de nuestra civilización, la de la civilización grecorromana con el aporte de los pueblos germánicos y eslavos y el impulso que supone la fe cristiana”.

A solas con Dios

“Cuando san Benito huye del mundo, se encontraba en una Roma que ya era un pueblo en decadencia, así que se retira a la soledad” en una búsqueda, subrayó Cantera, que se basaba únicamente “en encontrar a Dios y estar a solas con Él”. Creando un paralelismo entre la Roma de San Benito y el mundo actual, Cantera señaló el análisis realizado por Ratzinger antes de convertirse en Benedicto XVI: que los cristianos “tenemos que ir siendo conscientes de que en algunos lugares de occidente podemos convertirnos en minorías marginales y marginadas”, y precisamente por esto se hace fundamental “la búsqueda de la creación de las comunidades cristianas”.

Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, presente también en la presentación, afirmó en la misma línea que los cristianos “deben ser conscientes de que viven en un mundo adverso y, sin renunciar a su presencia en él, debemos estrechar lazos para conservar nuestra identidad”.

“Los cristianos deben verse como exiliados y mantener la fe viva”, apuntó Dreher. De esta manera, “si vamos a vivir en este mundo debemos pasar mucho más tiempo lejos de él, orando, en ayuno, estudiando”, sin olvidar que “debemos ofrecer el evangelio al mundo”. “Hoy los cristianos somos débiles en la fe, por lo que no podemos ofrecer al mundo lo que no tenemos”, apostilló.

“Abrir los brazos al mundo”

“Los monjes no solo se quedaron dentro de sus monasterios, sino que pasaron a ser una bendición para todos aquellos de su alrededor”, explicó Dreher, añadiendo el hecho de que “en sus bibliotecas conservaron las obras de la civilización grecorromana”.

Como ejemplo actual de estas comunidades Dreher señaló a los tipi loschi de San Benedetto del Tronto, a quienes tuvo la oportunidad de conocer en persona. Unos cristianos que “viven en sus casas, tienen sus trabajos, pero tienen un sentido muy fuerte de comunidad”. “Son los cristianos más alegres que he conocido”, afirmó, aclarando que “esto demuestra que la opción benedictina no se trata de crear muros, sino de saber quienes somos para abrir los brazos al mundo”.

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