La rumorología se quedó a un lado ayer por la tarde en la Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo donde Raúl Berzosa, ya obispo emérito, se despedía de la que fue su diócesis durante 7 años. “No quiero ningún protagonismo, fuera victimismo, fuera comentarios, porque no soy yo el que tiene el foco de atención, sino Jesucristo y la belleza de una Iglesia que está aquí reunida en este pueblo, en esta tierra, que como le trasladé al papa Francisco es también su Iglesia, la de la periferia”, señaló al comienzo de la homilía.
El obispo que ha presentado voluntariamente su renuncia al Papa señaló que “en estos 8 meses de retiro os he llevado en mi corazón, en mi cabeza, por todo lo recibido; porque he recibido una fecunda herencia de esta tierra”, como única alusión a la retirada de su cargo.
¿Su plan de futuro? Concluido su retiro temporal –señaló a los medios locales presentes–, “el pasado dejémoslo en manos de la misericordia de Dios, el futuro en manos de su providencia, y sólo vivamos el presente amando y sirviendo”, señaló citando al papa san Juan XXIII porque “estamos al día como Iglesia en lo que el Papa nos pide” y satisfecho por el “camino sinodal” impulsado por él durante su pontificado en la diócesis mirobrigense.
“Un obispo también progresa en su fe, un obispo también madura como persona y como creyente”, ha confesado. Sus palabras fueron recibidas por un fuerte aplauso de los fieles.
José Manuel Vidriales, vicario de pastoral, dirigió unas palabras de agradecimiento al final de la celebración. En la misa, además participaron una cincuentena de sacerdotes y sirvió como despedida del hasta hace unos días administrador apostólico, Francisco Gil Hellín, que concelebró la eucaristía. Desde este domingo Jesús García Burillo será el Administrador Apostólico aunque ahora con sede Vacante de Ciudad Rodrigo. Siguen los rumores y, también con esta solución, las quinielas.