La Santa Sede recibirá mañana, 22 de enero, 98 de los nuevos 120 cascos encargados para la Guardia Suiza y que han sido impresos por impresoras 3D. Según informa Swissinfo, la financiación de estos cascos se ha hecho por medio de donaciones privadas.
La armadura de los guardias se elabora a mano en Austria. Pero, en esta ocasión, los cascos que llevan en las ceremonias y que pesan cerca de dos kilos serán reemplazados por estas nuevas piezas fabricadas en Suiza.
Estos nuevos cascos pesan algo menos de 600 gramos y están hechos de plástico, y mientras el proceso tradicional dura más de 130 horas para crear un solo casco, la impresión 3D logra hacerlo en la sexta parte del tiempo.
Tras la muerte como consecuencia de dos naufragios en las últimas horas de, al menos, 170 personas en el Mediterráneo, el presidente de la Agencia Habeshia para la Cooperación al Desarrollo, el sacerdote Mussie Zerai, ha instado por medio de Vatican News a que Europa “no pierda el sentido de humanidad” ni olvide que los migrantes que “se enfrentan a un viaje por el mar” son personas “que huyen de situaciones de extrema desesperación”.
“Es necesario que toda la comunidad europea llegue a la raíz del problema en los países de origen de los migrantes”, ha señalado Zerai, con el objetivo de “lograr mejores condiciones y más dignas en los países vecinos”. Además, ha subrayado la importancia de “abrir canales legales” para conseguir un correcto “reasentamiento de las personas vulnerables, que necesitan protección internacional”.
Estos canales serían “corredores humanitarios y embajadas abiertas, con capacidad para emitir visados”, y con ellos se conseguiría que las personas “viajaran de manera segura, en condiciones dignas, sin arriesgar la vida y sin financiar a los traficantes”.
El Convington Catholic High School, un instituto católico de Kentucky, se ha disculpado tras la publicación de varios videos en los que estudiantes vestidos con el uniforme de la institución se burlan de un grupo de nativos americanos, incluido un veterano de la guerra de Vietnam, Nathan Phillips.
Los hechos ocurrieron durante la Marcha de los Pueblos Indígenas en Washington D.C., que coincidía con la Marcha por la Vida celebrada en la ciudad el pasado 18 de enero. Los jóvenes llevaban, además de sus uniformes, sombreros y camisetas con el eslogan de la campaña de Donald Trump, ‘Hagamos que América sea grande otra vez’, mientras que otros llevaban prendas con referencias a la Marcha por la Vida.
En uno de los videos, un amplio número de jóvenes rodean a algunos de los miembros de la Marcha de los Pueblos Indígenas, y comienzan a burlarse de sus cantos gritando un falso canto nativo americano utilizado por varios equipos deportivos del país. Entonces comienzan a reírse y uno de ellos se para y mira fijamente a Phillips, situación que se alarga varios minutos mientras el veterano continúa imperturbable con sus cánticos.
La Diócesis de Covington y el instituto lanzaron un comunicado conjunto, en el que declaran condenar “las acciones de los estudiantes”, ya que “este comportamiento se opone a las enseñanzas de la Iglesia sobre la dignidad y el respeto de la persona”.
En el comunicado afirman, además, estar “investigando lo ocurrido” y contemplando las “medidas apropiadas, incluida la expulsión del centro”. De la misma manera, se muestran conscientes de que “el incidente también ha manchado la Marcha por la Vida”, por lo que han expresado sus “disculpas a todos los que asistieron a la Marcha y a todos los que apoyan el movimiento pro-vida”.