Parece que las resistencia al encuentro de presidentes de conferencias episcopales con el papa Francisco para tratar de la cuestión de los abusos sexuales no solo tendrá resistencias internas dentro de la Iglesia, sino que un grupo de 40 víctimas, entre ellas dos españolas, acudirán al Vaticano para protestar en febrero ante los obispos allí reunidos.
En grupo está formado por activistas de varias nacionalidades y piden a la Iglesia que adopte las recomendaciones de la ONU en casos de abusos sexuales. Entre los españoles, según ha señalado Europa Press, estará Miguel Hurtado, que sufrió abusos sexuales a los 16 años por parte de un monje de Montserrat. Hurtado recibió en su momento una compensación de 7.200 euros para ayudar a financiar la terapia que siguió aunque luego devolvió este dinero para que no se interpretase como una “compra del silencio”.
Necesidad de cambio
“El compromiso de Francisco, del Vaticano y de los obispos no me lo creo. Lo único que puede funcionar es el activismo, la protesta, que estemos todas las víctimas en Roma demandando cambios muy concretos”, ha señalado a la agencia. Además, Hurtado, lanzó hace tres años una campaña en las redes para que no prescriban los delitos hasta que la víctima cumpla al menos 50 años, hasta 65 años para los casos más graves. De hecho, como desveló Vida Nueva el nuevo anteproyecto de Ley de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia establece que estos delitos no prescriban hasta que la víctima cumpla 30 años.
A esas denuncias se ha unido la red Ending Clergy Abuse movilizando a las víctimas a través de distintos actos que desarrollarán en paralelo a la cumbre vaticana entre el 21 y el 24 de febrero.
