La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de 2019 continúa con sus actos y eventos bajo el lema ‘Actúa siempre con toda justicia’. Por este motivo, Vida Nueva entrevista a los principales líderes de las distintas Iglesias cristianas asentadas en territorio español.
La Iglesia anglicana en nuestro país celebra 150 años de su establecimiento. Está presente en casi todas las provincias españolas, y dividida en tres arcedianatos. Uno compuesto por Andalucía y Canarias, otro por el arco Mediterráneo y las Islas Baleares, y otro el centro y el norte de España. La Iglesia anglicana tiene, además, programas para trabajar con las personas: desde infancia y juventud hasta atención a mujeres, centros sociales, además de una residencia universitaria en Salamanca, y otras casas de retiro en Castellón y Zamora. Incluso cuenta con un programa para atender a los peregrinos protestantes que hacen el Camino de Santiago con cinco estaciones para atenderles espiritualmente.
PREGUNTA.- ¿Tenemos formación en España acerca de las otras ramas del cristianismo?
RESPUESTA.- El ciudadano normal tiene muy poca información sobre la religión, incluida sobre la propia Iglesia católica. Así que es difícil suponer que si de su propia Iglesia falta conocimiento, mucho menos se tiene de otras.
P.- ¿Cómo son las relaciones con la Iglesia española? R.- Buenísimas en todos los aspectos. Hace algunos años firmamos una declaración conjunta sobre el bautismo, en el que reconocemos el bautismo común como cristianos y conforme a esto nos reconocemos unos a otros. Por consiguiente, el reconocimiento en el bautismo implica muchas otras cosas. Las relaciones son magníficas. Casi todos los obispos españoles me conocen como obispo anglicano y yo les conozco a todos ellos, lo cual facilita y fomenta la colaboración.
P.- ¿Se han notado, en el día a día, los esfuerzos de Francisco en favor del ecumenismo?
R.- Desde que comenzó su pontificado ha tenido algunos gestos hacia las Iglesias hermanas que a todos los efectos han permitido que cambie la actitud de algunos miembros del clero de la Iglesia católica. Se ha notado mucho a la hora de vivir al día a día.
P.- Parece que en un mundo cada vez más globalizado están apareciendo constantemente movimientos que pretenden poner barreras a las personas. ¿Cómo se puede vivir esto desde la fe?
R.- A lo largo de la historia ha habido muchísimos momentos de ruptura. Creo que eso va con el ser humano, posiblemente la incapacidad de unirse a otros y colaborar sea una de sus mayores carencias. Muchas veces las instituciones en lugar de colaborar compiten unas con otras, y el cristianismo llama a las personas a cambiar esta mentalidad a través de la fe. Estoy seguro que la descristianización de Europa tiene mucho que ver con todas estas actitudes que estamos viendo.